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Disfrutar sin engordar
En Navidad se pueden elaborar menús equilibrados. Aquí van algunos consejos
Actualizado: GuardarSe pueden diseñar menús equilibrados en Navidad. Lo que sigue no es otra cosa que una manera saludable de conseguirlo.
EL DÍA ANTERIOR AL ÁGAPE
Desayuno: Té verde. Yogur bífidus con avena, pasas y manzana.
Comida: Caldo de borraja o apio. Borraja con tomate. Merluza al vapor con pisto. Pan integral e infusión digestiva.
Merienda: Yogur bífidus.
Cena: Caldo de borraja o apio. Crema de calabaza y cebolla. Pan integral con queso fresco y miel.
EL DÍA SIGUIENTE
Desayuno: Té verde. Macedonia de fruta natural: piña, papaya, plátano, pera, manzana y zumo de naranja. Yogur bífidus.
Comida: Caldo de verduras. Cardo con alcachofas, espárragos y almejas. Yogur bífidus.
Merienda: Uvas. Manzanilla.
Cena: Caldo de verduras del mediodía. Ensalada completa: escarola, endibias, granada y frutos secos troceados. Pan integral e infusión.
ENTRANTES
Ligeros y más vegetarianos. La fibra vegetal sacia y calma el apetito. Una esmerada presentación del plato hace el resto. Patés, embutidos y fritos, aunque sabrosos, son calóricos e indigestos.
PLATOS PRINCIPALES
Ensaladas y germinados son el acompañamiento perfecto para una buena digestión.
De las carnes, las aves (pavo, pollo o avestruz) y los solomillos de cerdo o ternera son las menos grasas.
El equilibrio dietético pasa por respetar las cantidades 125 gramos por ración para carnes y 150 gramos por ración para pescados y cocinar sin demasiados condimentos y salsas grasas.
Especias y hierbas aromáticas convierten la receta más sencilla en el plato más apetitoso.
Cocina ligera: elegir mayonesas y margarinas light; sustituir la nata por yogur, y endulzar postres y café con sacarina.
POSTRES
Incluir siempre fruta. Piña, pera y papaya son digestivas, dulces y muy recomendables tras una comida abundante.
¿Helado de postre tras los dulces navideños?. Mejor no, dejémoslo para otro día. Seguro que ha oído que el helado de postre es digestivo. Pero no hay una explicación dietética, nutricional ni fisiológica que lo fundamente. La grasa que se emplea en los helados (nata, mantequilla o grasas vegetales) no se ha sometido a cocción, lo que explica en parte que resulten más fáciles de absorber y menos pesados que otros postres dulces. Eso no significa que los helados ayuden a digerir mejor los alimentos del menú. Al contrario, si ha sido copioso, las del helado son calorías extra que se suman a un menú que va sobrado.
Turrón, polvorones y otros dulces, siempre que no se abuse, se pueden comer, pero mejor no como postre. Aunque las calorías que aportan son las mismas, el estómago trabajará menos entre horas.
Los turrones sin azúcar o con fructosa no deben consumirse como si por ello carecieran de calorías. La grasa (de la almendra, por ejemplo) sigue ahí. Para saber cuáles son los menos energéticos, leamos el etiquetado nutricional y comparemos.