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Reuniones de ex alumnos

Son otra versión de la cena de empresa de Navidad. Las reuniones de antiguos alumnos en el colegio tienen un doble peligro: pueden salir mal o pueden salir muy bien. Parece una obviedad pero no lo es, porque una reunión de ex alumnos en realidad es una reválida. ¿De que te examinan? De tu propia vida. De si cumpliste o no las expectativas que te asignaron cuando te bautizaron en la clase: el Enchufao, la Calculín, el Dumbo... Pese a lo que diga Rubén Blades, la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida... Pero pocas.

MABEL CABALLERO
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Sales del colegio a los 13 años (o salías, que yo ya me he perdido con el nuevo sistema). A esa edad eres [aún más] pardilla. No sabes a lo que quieres dedicarte. Piensas que es muy emocionante la arqueología porque supones que vas a ir a Egipto en pantalones bermudas color caqui, con un gorrito como el de Tintín. O crees que serás periodista y tu vida se convertirá en una partida a la ruleta rusa (en realidad, ahí no estás muy descaminada). O te imaginas que serás doctora e irás salvando vidas en Africa (existía también la versión monja de la salvavidas, pero esa carecía de emociones extra).

En fin. Que llegas a los 40 y recibes esa llamada de la antigua delegada de la clase, anunciándote que todos nos vamos a juntar en el Arte Serrano el próximo sábado. Y crees que puedes morir porque además de que nada resultó como te lo imaginabas, la última vez que saliste de fiesta se llevaba cardarse el pelo como C.C. Catch y las copas se pagaban en pesetas. Así que te pones a descoser las hombreras del chaquetón. Y a pesar de eso, puede que lo pases bien y alguien piense en repetirlo el año que viene. Todo el mundo querrá apuntarse, porque nos encantan las excursiones ya organizadas, los partidos de fútbol si alguien ha reservado (y pagado) el campo, las partiditas de cartas si el de enfrente se ocupa de llevar la baraja.

No hay que llamarse a engaño. El año que viene tendrás el mismo problema con el vestuario y otro inconveniente añadido: acordarte de todas las mentiras que has contado.