Bajada inquietante
Actualizado: Guardara buena noticia que representa el importante descenso del IPC de noviembre, que con una bajada de 1,2 punto sitúa la tasa interanual en un 2,4%, puede convertirse, paradójicamente, en el síntoma de una peligrosa recesión si las medidas de reactivación no logran ir restableciendo la confianza de los consumidores. El brusco descenso del barril de petróleo, que en apenas cinco meses ha bajado de 147 dólares a 55 dando prueba de la parálisis del mercado de la energía, ha sido determinante en la caída de los precios. Pero en el fondo tanto de ese desplome como del frenazo general de la inflación late la fulminante caída de la demanda, fruto de la profunda desconfianza sobre el futuro inmediato. Resulta prematuro concluir que nuestro país se asoma a la tan temida deflación. Pero aun cuando el recorte en los precios suponga un apreciable alivio para los bolsillos, la peligrosa conjunción de este hecho con una fuerte contracción del gasto supondría un problema tan complejo que se hace ineludible agilizar los estímulos al consumo.