La frase colgada

Manuel Fraga naufragó estrepitosamente ayer cuando pretendió combinar la crítica política y el sarcasmo hacia los nacionalistas, porque el resultado textual de sus palabras acabó siendo una desafortunada afirmación en la que planteaba ponderar el peso de los partidos periféricos «colgándolos de algún sitio». Puede que Fraga no quisiera decir lo que terminó diciendo. Pero la proximidad en el tiempo de manifestaciones de otros dirigentes políticos incompatibles con la responsabilidad del cargo institucional que ostentan ha contribuido a un descrédito de la actividad pública.