VOLUMEN. El negocio de las firmas de chapa y pintura se ha reducido en un 40%. / ANTONIO VÁZQUEZ
Ciudadanos

Los talleres de reparaciones son los únicos negocios del sector del automóvil que resisten frente a la crisis

Los conductores prescinden de los pequeños arreglos que no afectan al normal funcionamiento del vehículo Los usuarios comienzan a realizar las revisiones periódicas hasta 10.000 kilómetros más tarde de lo habitual

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El sector del automóvil es, tras el de la construcción, uno de los más afectados por la crisis financiera que azota a los países occidentales. Tan sólo en la provincia de Cádiz, la caída de la venta de vehículos durante 2008 se encuentra en torno al 30%. El pasado noviembre acabó con el peor resultado para los concesionarios de los últimos 15 años. Los empresarios de la venta de coches aseguran que estas empresas ya se han visto obligadas a destruir 10.000 empleos en toda España y que durante los próximos meses desaparecerán otros tantos.

Sin embargo, un ámbito de negocio del sector de las cuatro ruedas resiste el envite de la crisis, el de los talleres de reparaciones. No es que estén haciendo su agosto a costa de la coyuntura económica y que el descenso de ventas de vehículos tenga un efecto que dispare los arreglos en los turismos, pero estas pequeñas empresas sí que consiguen, por el momento, mantener el tipo y que la situación no les afecte en la medida en que lo hace al conjunto del gremio.

El asesor técnico de la Asociación Provincial de Talleres de Reparación de Automóviles (ATRA), Carlos Cidoncha, señaló que aunque las firmas que forman parte de esta liga no lo están pasando tan mal como el resto de este círculo de empresas, sí han notado que los usuarios prefieren posponer los arreglos si éstos implican un desembolso considerable. «Los conductores apuran ahora los neumáticos, por ejemplo, hasta 10.000 kilómetros por encima de la vida de las gomas hasta dejarlas cuando ya están inutilizadas», explicó. Y lo que resulta aún más sorprendente, muchos propietarios de vehículos que han sufrido un accidente solicitan que no se les reinstale los airbags si éstos han saltado a consecuencia del siniestro, según desveló Cidoncha; ante esta petición, los talleres requieren del cliente una autorización al respecto firmada en la Jefatura Provincial de Tráfico.

Solicitud de presupuesto

La mayoría de los talleres de la provincia aseguraron que se están manteniendo, aunque con dificultades en la mayoría de los casos. En el Autotaller Avenida de El Puerto no se han experimentado cambios a lo largo del año. «Tenemos el mismo trabajo que había antes, la gente sigue arreglando el coche, aunque ahora se preocupan más por el presupuesto», explicó el propietario de esta empresa, Manuel Vaca. Los conductores se han habituado en los últimos tiempos, señaló, a llamar a distintos talleres para preguntar a cuánto les va a ascender un determinado trabajo en su vehículo. «En el sector sólo nos estamos salvando los talleres multimarca», concluyó Vaca en referencia a las empresas que realizan reparaciones a vehículos de todas las marcas. El propietario de la firma gaditana Auto de Balón, Enrique Ponce, corroboró este estado de cosas: «Mantengo la clientela, aunque ha bajado bastante la faena; los trabajos que vienen de los seguros son los que están permitiendo que nos mantengamos», explicó. Ponce coincidió en que los conductores prescinden de reparar todo lo que no sea necesario para que el coche funcione. «Se hacen cambios de aceite y de líquido de frenos, pero si las revisiones antes se hacían cada 10.000 kilómetros, ahora se realizan 15.000 y hasta 20.000 kilómetros después de la última puesta a punto», informó Ponce. Este empresario es el único trabajador de la firma y reconoce que si tuviera empleados «lo tendría más crudo».

El responsable administrativo del taller Antonio Muñoz, de Jerez, Javier Muñoz, indicó que esta empresa lo está pasando peor que otras que se dedican al mismo ámbito de negocio. Cuentan con 14 empleados que en las últimas semanas disfrutan de días de descanso atrasados y de vacaciones adelantadas para evitar despidos. La compañía da por hecho que cerrará el ejercicio por debajo de las previsiones iniciales. «Ahora no tenemos tanta alegría de trabajo como antes», reconoce Muñoz para señalar que han experimentado un notable descenso en la carga de trabajo durante el último trimestre. En este taller también confirmaron que el usuario sólo repara lo imprescindible -lo que no incluye todo lo presupuestado, a lo que el cliente presta ahora más atención-.

jlopez@lavozdigital.es