Desde más allá de la Velvet
El legendario músico John Cale, de 66 años, llenó de electricidad el Teatro Pedro Muñoz Seca en la clausura de su gira por España
Actualizado:John Cale demostró ayer en El Puerto que sigue siendo un niño prodigio lleno de sorpresas a sus 66 años.
La leyenda del artista se había ganado al público del Pedro Muñoz Seca desde antes de empezar el concierto. «¿Vamos Juan!», gritaron desde el fondo de butacas y el músico galés respondió con una torcida sonrisa y con rock «del bueno». Así catalogó su música Antonio Muñoz, un fiel seguidor del cantante, que emocionado recordó ayer sus años de «mozo». «Me da energía. Me la daba hace 30 años y me la sigue dando ahora, por eso vengo a verlo», comentó este sevillano que desapareció de su asiento para seguir el concierto desde los pies del escenario tal y como hizo la mitad de los asistentes.
El teatro, casi completo, esperaba un repaso a los años de The Velvet Underground, pero el revolucionario roquero cantó temas de Circus Live, su último trabajo, demostrando que sigue en plenas facultades para sorprender desde el vanguardismo.
Además, la visita a El Puerto también sirvió para hacer una retrospectiva de su carrera en solitario, incluyendo caprichos de la edad. Después vinieron Hello there, Heartbreak hotel y Paris 1919.
Todo cuadró a la perfección, el ambiente, la gente, John Cale y, por supuesto, la banda ajustada a los caprichos del artista: guitarra de Dustin Boyer, Joseph Karnes bajo y Michael Jerome a la batería. Cale fue alternando guitarras y teclados sorprendiendo al público con su carácter polifacético, que hizo a muchos soltar adrenalina. Pero también hubo tiempo para la música más relajada con Experiment number 1, del Caribbean sunset, uno de los álbumes rescatables de la pesadilla que vivió el artista en los 80.
Así, sin ni siquiera suspirar, el artista hizo un recorrido por parte de su carrera, demostrando que se merece ser considerado el padre del rock contemporáneo.
Cofundador -con Lou Reed- de la legendaria The Velvet Underground, hace ya cuarenta años, demostró ayer que sigue teniendo la misma energía que en sus primeros años, y que su carácter revolucionario y su manera de andar a contracorriente en la vida, también la lleva a los escenarios.
Dos horas de concierto en las que la gente no paró de cantar, gritar y saltar. Cuando todo acabó, la gente seguía con tanta energía en el cuerpo que hubo quien incluso salió dando, literalmente, volteretas del teatro.
John Cale, como hace desde que nació, hizo anoche lo que quiso, y se llevó las ovaciones de un público que le exigió con aplausos que vuelva pronto a España.
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