El acoso insurgente se ensaña con los suministros de la OTAN
El frente afgano sigue ampliándose a la vecina Pakistán donde en los dos últimos días grupos de hombres armados han atacado tres almacenes y aparcamientos de vehículos que trabajan abasteciendo a las fuerzas internacionales desplegadas en Afganistán. Noventa vehículos resultaron calcinados el domingo en Al Faisal Terminal y Fort World Logistic Terminal y otros cincuenta ayer en Bilal Terminal, en dos operaciones similares que se desarrollaron a menos de dos kilómetros de distancia y a partir de la media noche. «Cientos de personas armadas llegaron con bidones de gasolina gritando 'Dios es grande'», declaró el propietario de uno de los almacenes afectados, situado en las proximidades de Peshawar, la principal ciudad en la frontera entre Pakistán y Afganistán.
Actualizado:El abastecimiento de los más de 50.000 hombres desplegados es uno de los mayores quebraderos de cabeza de la OTAN, que recibe por carretera el 75% de los víveres y combustible que precisa. La mercancía suele llegar en barco hasta Karachi y desde esta ciudad portuaria cruza todo Pakistán para penetrar a suelo afgano por el mítico paso Khyber. Cerca de seiscientos camiones realizan esta ruta cada día. «Los ataques continuarán hasta que los americanos salgan de Afganistán», declaró a la cadena Al-Yasira un portavoz talibán que se identificó como Zabiullah Mujahid. Y las cosas pueden empeorar a partir del próximo día 18, fecha para la que la formación islamista Jamiat-Islami, la más antigua de las formaciones religiosas de Pakistán, ha realizado un llamamiento destinado a «cortar el paso» a los vehículos de la OTAN en todo el país y ahogar las rutas de abastecimiento.
Fuentes militares estadounidenses calificaron los ataques como «acciones militarmente insignificantes».