GRÁFICO: r. c.
ESPAÑA

Cae el nuevo jefe militar de ETA tres semanas después del arresto de 'Txeroki'

Aitzol Iriondo fue detenido en una cita con otros dos etarras en la misma región pirenaica francesa en la que se capturó a su jefe Otros tres terroristas fueron apresados en Irún horas después

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La Policía gala, en colaboración con la Guardia Civil, desarticuló ayer la teórica nueva cúpula del aparato militar de ETA sólo tres semanas después de la captura de Garikoitz Aspiazu, Txeroki, al detener a los lugartenientes llamados a sucederle al frente de los comandos armados. Aitzol Iriondo Gurbitz, sospechoso de ser el asesino de dos guardias civiles hace un año en Las Landas, fue arrestado en la misma región pirenaica fronteriza con España en la que cayó su supuesto jefe cuando acudía a una cita detectada por los servicios de información con otros dos presuntos cómplices. A falta de una identificación definitiva se trata de Eneko Zarrabeitia Salterain Sorgin, supuesto huido de los comandos Vizcaya y Larrano, y de Aitor Artetxe, en busca y captura desde el pasado verano bajo la acusación de haber participado en dos atentados con coche bomba en Durango y Getxo.

Las detenciones fueron practicadas en Gerde, a sólo 50 kilómetros de Cauterets, municipio de las estribaciones francesas de los Pirineos centrales donde fue arrestado Txeroki. De hecho la captura de Iriondo es presentada por los servicios antiterroristas como una continuación de las investigaciones que condujeron a la caída de Aspìazu, al que se supone que había sucedido en su condición de lugarteniente y relevo natural en la cadena de mando.

Las pesquisas realizadas por un equipo conjunto de la Dirección Central de Información Interior y de sus colegas de los servicios de información de la Guardia Civil llevaron hasta los alrededores de Bagnères de Bigorre (Altos Pirineos), uno de los puntos habituales de partida de los comandos armados para cruzar la frontera. En esta zona limítrofe con Huesca, a prudente distancia del País Vasco francés, se han concentrado en los últimos tiempos buena parte de los movimientos de los activistas con misiones de desarrollar campañas de atentados en España.

Los servicios antiterroristas averiguaron que el aparato militar había concertado una cita junto a la iglesia de Gerde, un lugar de encuentros ya detectado por el CNI, y decidieron montar un discreto dispositivo de vigilancia en la zona. Los mandos policiales pusieron la información en conocimiento de la Subdirección Antiterrorista (SDAT), división de la Policía Judicial habilitada para practicar detenciones, y acordaron pasar a la acción sin más dilaciones cuando tuvieron la certeza de que uno de los espiados era Gurbitz, el etarra más buscado.

Hacia las 18 horas varios agentes detuvieron al trío en la vía pública en posesión de varias armas cortas y de juegos de documentos de identidad falsificados. Los tres etarras fueron conducidos a la comisaría de Bayona a la que el convoy policial llegó hacia las 21.15 horas bajo una intensa lluvia y en cuyo patio se escucharon gritos en euskera. No fueron las únicas detenciones del día. Horas más tarde, la Guardia Civil detuvo en las proximidades de la Nacional I a su paso por Irún a otros tres presuntos miembros de la banda, entre los que al parecer se encontraría la novia de uno de los detenidos en Bagnéres de Bigorre. Fuentes policiales aseguraron que regresaban al País Vasco después de entrevistarse con el nuevo jefe militar de ETA.

Compromiso común

La ministra del Interior francesa, Michèle Alliot-Marie, publicó un comunicado en el que anunciaba la operación y revelaba que entre los arrestados figuraba Balak, alias con el que la policía gala conoce a Iriondo, «sucesor presunto de Txeroki como jefe de ETA militar». En la nota, la política expresó su «satisfacción» así como la de Rubalcaba, con el que acababa de entrevistarse. Las nuevas detenciones «demuestran una vez más el compromiso resuelto de los servicios de policía y de gendarmería en la lucha contra el terrorismo vasco».

El ministro del Interior declaró en Madrid que Aitzol Iriondo «podría estar implicado en los asesinatos de Capbreton» del 1 de diciembre de 2007. Su complexión media y su estatura encajan con las descripciones realizadas por testigos presenciales del autor material de los disparos que causaron la muerte a los guardias civiles Centeno y Trapero. Pero hasta la fecha no existían elementos sólidos que permitieran identificar al tercer etarra que acompañaba aquel día a Asier Bengoa y Saioa Sánchez, detenidos fechas después y a quienes se cree que Gurbitz había impartido un cursillo de adiestramiento militar. Rubalcaba también declaró que «no es arriesgado decir» que Garikoitz Aspiazu o Aitzol Iriondo «sería el responsable del asesinato» el pasado miércoles en Azpeitia del empresario vasco Ignacio Uria.