
«Que la protagonista sea una chica, al lector masculino le tira para atrás»
La novelista madrileña está considerada la primera autora de 'chick lit' española gracias al libro 'Sabrina: 1 - El mundo: 0'
Actualizado: GuardarA Rebeca Rus (Madrid, 1974) la han vendido como la primera escritora de chick lit española, aunque ella prefiere hablar de novela contemporánea. Ha publicado en Esencia, sello del Grupo Planeta, Sabrina: 1- El mundo: 0 y ha demostrado que se puede hablar de chicas trabajadoras, independientes y alocadas que compran en Zara y trabajan por un sueldo miserable. Nada que ver con Sexo en Nueva York, porque como dice la autora en este género hay de todo.
-Hay bastante discusión sobre el valor de la chick lit.
-Nunca se puede generalizar sobre nada. A la novela de chick lit le pasa como a la romántica o a la de ciencia ficción: hay autores buenos y autores malos. En este caso, en EE UU y Gran Bretaña hubo un boom hace ocho años y muchas autoras se han apuntado al carro y hay demasiadas, no todas buenas. Y además cuando algo está escrito por y para mujeres se tiende a infravalorarlo. No sé porqué. Te da mucha rabia porque hay escritoras buenísimas. Y no estoy hablando de mí (risas).
-Pero, ¿escribir algo sólo para mujeres no es ir en contra de la igualdad, de la apertura y todo eso?
-Creo que mi novela no es sólo para mujeres, un chico se lo pasará bomba leyéndola. Lo que pasa es que es muy difícil que él crea que le interesa. Los problemas son los mismos para hombres y para mujeres: los laborales, la vida moderna, el día a día... El punto romántico varía en cada novela. Pero al lector masculino que la protagonista sea mujer le tira para atrás.
No son románticas
-¿Con Bridget Jones, la primera, era diferente?
-Sí, al principio había menos prejuicios. Y Bridget empezó como una columna en un periódico de gran tirada. Mujer soltera, obsesionada con el peso, las compras y el príncipe azul; con ella se inventó una categoría. En realidad son novelas contemporáneas. Que las escriban mujeres es un detalle pero el marketing tiende a etiquetarlo todo.
-Nada que ver con la novela romántica, entonces.
-Nada que ver. Esa se centra en los sentimientos. En la contemporánea hay una cierta relación amorosa pero es lo que menos importa del argumento. Lo que más, el comienzo en el mundo laboral, la independencia, las facturas De paso la protagonista busca su príncipe azul.
-La novela 'chick lit' sería...
-Una novela contemporánea protagonizada por mujeres del siglo XXI con un toque de humor, con una sarcástica visión de la vida de hoy, y centrada en el nuevo papel de la mujer. Las chicas tienen estudios, son independientes, toman decisiones y sufren un cambio. Se resuelve o no un problema pero el personaje aprende y evoluciona.
-¿Y cómo llegó a ser la primera autora española de este género?
-Me gusta el género y es muy divertido. Marian Keyes me parece la mejor autora y empecé a leer por ahí. Pero al escribir la novela no pensé en escribir chick lit, luego se ha catalogado así. Quería hacer algo sobre una chica recién llegada al mercado laboral.
-Sabrina es un desastre.
-Un desastre con patas. Es igual que cualquier chica española que viva en una gran ciudad y que se enfrente a su primer trabajo tras la Universidad. Cobra una mierda, se siente una mierda, comparte piso con otras que no conoce, y se enfrenta al mundo real. Es una adolescente a los 26 años. Arriesga en el dinero, en el trabajo y en las amistades porque todavía está pasando a la edad adulta. Es una historia sobre Peter Pan, sobre el salto de adolescente a adulto. No basta con tener un trabajo y una casa, sino que hay que tomar decisiones maduras. Sabrina aprende la lección: que la vida es injusta y que nadie te va a regalar nada.
-No se parece a Sexo en Nueva York.
-Es que hay mil vertientes dentro del género. Candace Bushnell retrata a la élite que se gasta el sueldo en Manolos. Keyes habla de chicas normales, con problemas reales y desde lo cómico. Y Sabrina es el retrato de ser joven en España hoy. Pero con un punto muy humorístico. La gente piensa que todas las protagonistas son Carrie, obsesionadas con las compras y el bótox. O Bridget, con el peso y los cigarrillos. Pero no es así. Hay de todo.
-Ha definido su novela como con un extra de humor.
-Una de mis obsesiones era retratar lo español. Porras, tunos, chocolate, zanjas y obreros. Una aproximación a lo que es vivir en Madrid. Su oficina es como la de Camera Café. Quería reírme de nuestra forma de ser. La cultura del éxito sin esfuerzo está mitificada en España pero Sabrina va a descubrir que ser una chapuzas no vale. Somos así de surrealistas.