CLASE. Georgia Mariani en la clase de pintura creativa.
Jerez

Pintura sin rumbo fijo

El Círculo de Expresión Creativa presenta su I Encuentro sobre Educación Creadora con el fin de hacernos más independientes

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La cultura e hirar en la clase de Georgia Mariani recuerda a esas viejas escuelas de pintura de la Italia del Renacimiento. Posiblemente sea todo lo contrario a lo que Georgia busca, pero no puede impedir que a quien entra a visitar su escuela le recuerde la época de la vuelta al clasicismo de la Grecia antigua.

Mariani llegó desde Milán hace dos años. Buscaba flamenco, y también buscaba un lugar para vivir en sintonía con sus gustos. «Llegué con una idea y me puse a trabajar en otra». Así fue como comenzó a dar clases de danza egipcia. Pero Georgia también conocía la pintura como diplomada en Artes. Desde hace poco más de un mes, Círculo de Expresión Creativa, en el segundo número de la calle Caballeros, es un lugar para desarrollar ese talento creativo que todos llevamos dentro.

Ha llegado la hora de la clase de pintura creativa. Niños y adultos se congregan en un espacio para crear mediante la pintura. «Se trata de aprovechar la pintura como un juego», comenta Georgia. Durante la hora y media de clase hay que crear algo, pero sin arquetipos, sin técnicas, sin modelos.

Sin rumbo

El objetivo no es otro que la expresión pura y dura, sin técnicas predefinidas y prescindiendo de la comunicación como finalidad, sin tan siquiera responder a unos modelos prediseñados para conseguir el beneplácito del espectador. «Por eso lo que pintamos se queda aquí. No nos interesa exponer nuestras obras. Simplemente expresar, dar rienda suelta a la imaginación e intentar plasmar aquello que pasa por la cabeza del alumno». En este sentido, el próximo día 20, el Círculo de Expresión Creativa tiene previsto su I Encuentro sobre la Educación Creadora. Algo que, según afirma Georgia Martini, nos hace más independientes, menos ligados a ataduras de cualquier tipo.

Observando los trabajos de los alumnos, podemos comprobar cómo un chico estaba pensando en un Donuts. Al menos así lo demuestra toda vez que le está saliendo algo muy suculento sobre su cartulina blanca, sobre todo estando pintando a la hora de la merienda. No está mal.

Más allá, un chico de apenas seis años pinta con las manos. Georgia está pendiente del pequeño que disfruta con tan sólo ver la posibilidad de pintar en una cartulina colgada en la pared. «Es imprescindible que a las clases asistan tanto adultos como niños», subraya.

Todas estas técnicas están basadas en el método Closlieu, creado por el francés Arno Stern. «La creatividad no está reservada para un resto de personas. Todos podemos trabajarla. Aquí, en dibujo creativo, lo que hacemos es despertar esta parcela de nuestro ser. Nos ayuda a ser más independientes», apostilla.