Nuestro guitarrista más universal (y II)
Tras los triunfos cosechados en Madrid, Paco Cepero decide volver a la tierra que le vio nacer: Jerez
Actualizado: GuardarSeguimos hoy con el relato iniciado ayer sobre la vida del insigne guitarrista jerezano Paco Cepero, un artista, que, tal como se detallaba ayer en estas mismas páginas, ha logrado pasear su arte por medio mundo, trabajando con los cantaores más importantes, durante el medio siglo que este año cumple en la música.
Y esos 50 años de Paco Cepero con la música son los mismos que lleva con Chari, su mujer, la que ha sido su musa y la inspiradora de la mejor composición de su vida: su familia, la amiga y compañera que lo ha conducido y ayudado tanto en los malos momentos en los que siempre ha encontrado su respaldo como en los buenos, en los que han compartido y disfrutado las alegrías y las mieles del éxito.
Pero, a pesar de los triunfos obtenidos en Madrid y la proyección artística conseguida en la capital, Paco Cepero tuvo siempre en su mente regresar algún día a la tierra que lo vio nacer y si fuera posible al barrio de San Miguel. Decisión que se adelanta provocada por la enfermedad y fallecimiento de su padre, y porque sus dos hijos mayores contraen matrimonio con dos guapas portuenses y se asientan laboralmente en la provincia de Cádiz, por lo que, al sentirse solos, el matrimonio decide venirse para Jerez y vender su magnifico chalet.
Ya en nuestra ciudad nota un gran vacío, percibiendo que su dedicación a la composición le ha hecho perder terreno como guitarrista de acompañamiento, sintiéndose olvidado precisamente en una faceta en la que siempre fue requerido y valorado por los mejores cantaores de flamenco. Como profesional de la guitarra no puede permitirse este lujo, por lo que retoma la interpretación dedicándose de lleno a ella grabando su CD De pura cepa, en donde, amén de los diferentes cortes por bulerías, graba Aguamarina, tema que por su composición y riqueza musical es el buque insignia de esta segunda etapa de su vida como músico y guitarrista. Debido a ello le surge tal motivación que comenta: «Nunca he tenido tanta ilusión como durante esta época, jamás en la vida he estado tanto tiempo abrazado a mi guitarra ni despertado tanto amor como ahora, saliéndome sin querer toda la música que llevo dentro».
Conciertos
En esta etapa de constante inspiración prepara y da conciertos en pabellones, castillos y teatros, y es el escenario el que le hace grabar Corazón y Bordón, obteniendo un gran éxito y calor de su público que lo hace sentirse vivo como artista, motivándolo para seguir dando recitales y conciertos. Etapa reciente de su vida artística que lo hace grabar Abolengo, trabajo con el que recibe el Premio Nacional de la Crítica y en Internet por votación popular en la página flamenco.com obtiene el premio al mejor CD del año 2008, en competición con las grandes figuras de la guitarra.
No podemos obviar el enorme currículum de premios que Paco Cepero ha obtenido a lo largo de estos 50 años con la música, por lo que el autor de estas líneas le dedica éste soneto:
Te ha llegado el tiempo de recolectar/Un soneto es un acto tan sincero,/que al poeta mentiroso no le sale,/y se abstiene consciente que no vale,/no digamos hacérselo a Cepero./Su toque de Bordón es un te quiero,/con la prima no tiene quien le iguale,/en concierto tampoco quien más cale,/y en canciones de amor es el primero./Te ha llegado el tiempo de recolectar/toda la mies que en tu vivir sembraste/y ser por tu labor reconocido/ya no hay nadie que se atreva a especular/lo que con tu guitarra te ganaste/y en el mundo del arte has conseguido.
(Del Libro Sarta de sonetos, que en los próximos meses verá la luz).
A lo largo de su carrera artística ha recibido numerosos premios y reconocimientos, de los que en una pieza que acompaña a este texto se enumeran sólo una docena, quizá los más prestigiosos. Son reconocimientos a los que sólo se llega siendo un artista tan creador y trabajador como lo ha sido durante toda su vida nuestro guitarrista más universal.
Anécdotas
En el terreno de lo anecdótico, nuestro artista guarda en su memoria decenas de momentos y vivencias, de autentica gracia, en años de penuria y necesidad con gente irrepetible como el Beni de Cádiz, el Cojo Peroche o Caracol, algunas inverosímiles.
De entre ellas extraemos la vivida en el Palacio de la Zarzuela a donde fue requerido como artista invitado el día del cumpleaños de su Majestad La Reina de España. A lo largo de la noche fue al servicio de caballeros y estando en plena micción vio como alguien muy alto se disponía también a hacer uso del urinario contiguo. ¿Cual fue su sorpresa al ver que era el Rey Don Juan Carlos! Pero su Majestad al notar la apurada situación por la que atravesaba nuestro artista, lo calmó diciendo: Paco no te preocupes porque los Reyes también hacemos pipí.