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Asalto a la joyería de los famosos

Atracadores vestidos de mujer se llevan un botín de 85 millones de la sucursal de Harry Winston en París

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Digno de inspirar un guión cinematográfico, ya lo llaman el atraco del siglo. Sus autores se llevaron un botín evaluado en 85 millones de euros de la sucursal en París de la joyería Harry Winston, una de las casas preferidas por las estrellas de Hollywood. Tres de los cuatro gángsters iban disfrazados de mujeres tan deslumbrantes como sus objetos de deseo. La Policía francesa sospecha de la banda de los Panteras Rosas, un nombre también de cine.

El golpe perfecto para vivir el resto de la vida sin dar golpe ocurrió en la avenida Montaigne, gran vía del lujo internacional en el denominado triángulo de oro. A las cinco y media de la tarde del jueves, una hora antes del cierre comercial, cuatro personas bien vestidas llamaron al timbre de la joyería Harry Winston, junto al hotel Plaza Athénée, parador de la jet-set a su paso por París.

Ya dentro del establecimiento, los recién llegados sacaron armas cortas de los bolsos y las órdenes a voces delataron que las supuestas señoras llevaban peluca. Con ademanes violentos juntaron en un rincón a la quincena de clientes y vigilantes presentes en las dos plantas de la tienda, a quienes mostraron una granada de mano y propinaron varios culatazos para que quedara claro que aquello no era una película. Los atracadores arramplaron con todo lo que brillaba y lo metieron en sacos. No sólo se apoderaron de collares, sortijas y relojes a la vista en mostradores y vitrinas, sino que conocían los lugares discretos donde se guardan en cofres las joyas no expuestas. Al cabo de un cuarto de hora, sin disparar un solo tiro, se marcharon por la puerta principal.

Francés y eslavo

La Fiscalía de París ha encomendado el caso a la brigada de represión del bandidismo y a la jurisdicción interregional especializada en la lucha contra el crimen organizado. Las pesquisas comenzaron por el visionado del atraco en las grabaciones de las cámaras de videovigilancia, la comprobación del sistema de alarma -conectado a una base central en Suiza- y las declaraciones de los testigos, que oyeron a los ladrones hablar en francés y en una lengua extranjera que les pareció eslava.

La misma joyería ya fue hace catorce meses el blanco de otro atraco con un perjuicio fijado finalmente en 20 millones por los seguros. Entonces, tres malhechores se presentaron a las diez de la mañana, la hora de apertura, de un sábado cuando esa calle está prácticamente desierta. Aunque se ofreció una recompensa de 500.000 dólares (unos 390.000 euros) a quien facilitara información, los ladrones y el botín permanecen en paradero desconocido.

El propio presidente, Nicolas Sarkozy, sigue con interés el asunto, pues compró en la sucursal desvalijada el anillo de pedida a Carla Bruni, según la prensa del corazón. La casa neoyorquina suele prestar joyas a las actrices para lucirlas en el festival de Cannes o en la ceremonia de los Oscar. Llevaban su firma el famoso diamante de 61 quilates que Richard Burton regaló a Elizabeth Taylor, la tiara que compró el sha de Persia para Farah Diba en 1958 o la que adquirieron los duques de Westminster.