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Pleno extraordinario para conmemorar el 30 aniversario de la Constitución Española de 1978

La Voz | Puerto Real
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El Ayuntamiento de Puerto Real, celebró un pleno extraordinario para conmemorar el 30 aniversario de la Constitución Española de 1978.

El alcalde en funciones, Antonio Noria leyo el siguiente texto que fue aprobado por unanimidad de todos los concejales de la Corporación puertorrealeña. "Los ciclos del tiempo han hecho coincidir este 30 aniversario de nuestra Constitución con el 60 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Esta concurrencia nos ofrece luces y datos que debemos aprovechar para la lectura de la elaboración y evolución nuestra carta magna.

De entre ellos, entre las dos declaraciones de derechos, destaca un vacío de 30 años, algunos menos de los que nuestro pueblo anduvo sin la luz de los derechos y las libertades; años que marcaron la existencia de varias generaciones, años que se vivieron bajo la sombra, el silencio, el frío y el miedo a la dictadura años librados a la arbitrariedad del poder y al poder de la fuerza. Cada Constitución es hija de su tiempo, de las expectativas y esperanzas de la generación que la reclama pero también lo es de sus cautelas y silencios, también de los consensos de su tiempo.

El espíritu de concordia que forjó nuestra transición hacia la democracia, el deseo de reconciliación y la voluntad de convivir pacíficamente, han hecho de nuestro país un ejemplo en todo el mundo de confianza en el diálogo, de tolerancia, de respeto y de búsqueda de entendimiento mutuo. Esos valores siguen siendo hoy los principios más valiosos para afrontar el futuro con determinación y serenidad. Las Constituciones no son libros cerrados sino páginas que otras generaciones venideras habrán de releer, despejar y actualizar para dar respuesta a las nuevas realidades. Hace treinta años tuvimos la ocasión de elegir nuestro marco de relación social y política, definir nuestros derechos fundamentales individuales y colectivos, civiles y políticos, económicos y sociales, determinamos nuestro espacio y el qué hacer y el como hacerlo. Nuestro país ha cambiado, nuestra vida ha cambiado, hemos alcanzado derechos que ni siquiera imaginábamos cuando se redactó la constitución pero nos referimos sobre todo a derechos individuales y derechos civiles. Sin embargo, el ritmo ha sido desigual cuando nos referimos al desarrollo de los derechos económicos y sociales entre los que sigue manifestándose una diferenciación práctica de categorías entre los derechos garantizados como la salud y la educación y los, simplemente, reconocidos como la vivienda y el trabajo.

Hoy más que nunca podemos constatar que los pueblos sólo pueden esperar garantía de aquellas instituciones públicas de las que se dotan tanto para establecer las relaciones sociales y de convivencia, como para la redistribución de las riquezas y recursos. En estos momentos críticos a los que nos han empujado las supuestas leyes del mercado -leyes que nunca se han pactado ni votado ni constituido- ahora más que nunca y con todos los datos en la mano, son los pueblos quienes tienen que tener la palabra y las constituciones las que deben levantarse como escudo protector y herramienta de igualdad y justicia social. Son los poderes públicos, que emanan de la soberanía nacional, que a su vez, reside en el pueblo (Artículo segundo del Titulo Preliminar de la Constitución Española), quienes tienen la obligación de enarbolar, afinar o reparar la Constitución como herramienta para la construcción del Estado Social y de Derecho que se proclama en el Artículo 1 del Título Preliminar. Treinta años para el devenir de los pueblos son apenas un destello, un grano de arena, un tic-tac del reloj de la historia.

Pero también sabemos que treinta años en términos de una vida dan lugar a una generación distinta en una realidad diferente, una generación que tiene el derecho a mirar con ojos críticos el desarrollo legal y vital del marco constitucional. Queremos subrayar que si nos sentimos legítimamente responsables del éxito común que ha supuesto y sigue suponiendo nuestra Constitución, también nos consideramos igualmente responsables del futuro de nuestra democracia. Por eso asumimos libremente el compromiso de dedicar toda nuestra energía y nuestra labor a que la juventud pueda comprobar diariamente que la Constitución fue escrita para que ellos y ellas puedan escribir su propio destino dentro del estado del bienestar que estamos construyendo. Por todos, por quienes fueron, somos y serán, porque la Constitución debe ser, más que letra, idea viva, avancemos en ella."