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ÚNICA. Mercedes Cuadra, con su hijo, en la tienda.
Jerez

Se cierra una histórica singular

La Única, el famoso sanatorio de muñecas de la calle San Miguel, cierra sus puertas definitivamente el próximo 31 de diciembre

MANUEL SOTELINO
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El próximo día 31 de diciembre se cerrarán más de ochenta y siete años de historia en la ciudad. La Única, el famoso sanatorio de las muñecas, cierra el negocio a cal y canto. Mercedes Cuadra está ya preparando la clausura de la tienda. Desde hace unos días anda limpiando el taller, embalando artículos que llevan años esperando a que llegue su despreocupado dueño o sacando los últimos encargos. Mercedes encarna a la tercera generación de la familia Cuadra Rodríguez, que desde el año 1921 regentan este negocio tan singular y único. «Nos vamos por problemas diversos. Ajenos a nuestra voluntad, desde luego, pero que nos obligan a irnos de aquí», comenta. Casi se emociona. A partir del treinta y uno de diciembre, Mercedes y la familia tendrán que cambiar de hábitos. Ya no hay muñecas a las que ponerles un ojo, ni varillas de paraguas que enderezar. Mercedes se tendrá que acostumbrar a su nueva vida.

La Única la fundó doña Ángeles Rodríguez Caburrazzi. Provenía doña Ángeles de antiguos comerciantes de la Bolonia italiana. El jerezanísimo negocio estuvo ubicado en la calle Remedios para pasar posteriormente a la calle Corredera, donde estuvo algunos años. De doña Ángeles, recogió el testigo Alfonso Cuadra, padre de Mercedes, que durante toda su vida trabajó por y para su negocio. En el 2009, se habrían cumplido los sesenta años en el número siete de la calle San Miguel, pero esta tarta no llegará a partirse en la vieja tienda.

Por seguir con algunas de las historias de esta emblemática tienda, habría que contar que muchos jerezanos han arreglado su carrito de bebé en este comercio, pero también en el Líbano han llegado muchos articulos arreglados por Mercedes y su gente. «De Sevilla, y de otras partes de España también hemos atendido a muchas personas. Debemos de ser los únicos que tenemos un abanico tan amplio de artículos que reparamos o restauramos», comenta Mercedes. Un misterio que se esconde en la trastienda donde existe un taller secreto donde parece que los duendes trabajan por las noches para poner todo a punto. Abanicos, bolsos, cazadoras, carritos de la compra o de bebés, paraguas, muñecas y hasta el dobladillo de un pantalón.

Y para finalizar un hilo de luz en el túnel del futuro de la Única. «Queremos abrir de nuevo. No sabemos dónde ni cuándo. Pero estamos en ello. Será en otro lugar y queremos que sea cercano. A ver si el año que viene, y antes de Semana Santa, podemos estar de nuevo ofreciendo servicio a los jerezanos», comenta Mercedes mientras se le saltan las lágrimas. Ya se sabe que aquí se han hecho más capirotes que cafés se han servido en La Parra. Suerte a la familia Cuadra y que pronto hagamos otra VOZ con la reapertura. Jerez no puede permitirse el lujo de perder lugares como éste.