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La nueva primavera gaditana
La ciudad de Cádiz vivió con gran ilusión la aprobación de la Constitución de 1978 a pesar de la crisis económica y el desempleo que asolaba la provincia
Actualizado: GuardarEl seis de diciembre de 1978 los gaditanos escuchaban la radio con ilusiones renovadas. Las Cortes acababan de aprobar la Constitución Española. No fue un año fácil para la provincia de Cádiz, la crisis económica y la reconversión naval generó más de 180.000 desempleados. Cifra sin precedentes que no ha vuelto a ser superada hasta la fecha. Además, el Cádiz C.F. de Manuel Irigoyen bajaba a Segunda B y la ciudad se encontraba «en un estado paupérrimo debido a la falta de inversiones», destaca el ex alcalde socialista Carlos Díaz. En este clima de pesimismo, la Constitución se erigía como un bálsamo para todos los problemas.
Ramón Vargas Machuca, diputado constitucionalista del PSOE por Cádiz recuerda como «los gaditanos estábamos muy ilusionados con el clima político que se respiraba en esos años, esperábamos que las nuevas medidas hicieran descender el paro en la provincia». Este interés por la vida política, no exento de cierto miedo por el futuro, hizo que los gaditanos se fijaran sus líderes políticos. El alcalde Carlos Díaz recuerda como en esos años se creó el llamado Grupo del Drago para la divulgación de la vida política en Cádiz. «Organizábamos conferencias con importantes políticos como Jose María Gil Robles que siempre se llenaban hasta la puerta».Vargas Machuca atribuye esta actitud al «talante democrático que hereda Cádiz desde 1812».
El año 1978 fue cuando Cádiz recuperó su Carnaval y el coro La Guillotina se alzó con el primer premio en el Concurso de Agrupaciones. Jesús Mancha, líder entonces de Alianza Popular en Cádiz recuerda este hecho perfectamente. «Los gaditanos celebraron con gran alegría la desaparición de las Fiestas Típicas». Mancha rememora como desde 1975 y hasta ese momento, la ciudad manifestaba cierto miedo a celebrar sus fiestas hasta que «el gaditano descubrió que tenía derecho a celebrar sus carnavales, a desinhibirse». Rafael Román era en ese momento secretario general de UGT de Cádiz y recuerda con especial cariño como los Carnavales de 1978, «fueron una explosión de libertad, fuerza y juventud».
Seguimiento exhaustivo
Carlos Díaz destaca como 1978 fue un año decisivo para él. «En ese año ofrecí mi primer mitin como representante de la candidatura al Senado del partido Por un Senado Democrático». «Estaba hecho un flan» recuerda entre risas.
El ex alcalde de Vejer, Antonio Morillo, pertenecía entonces a UCD. En el momento en el que se aprobó la Constitución estaba recorriendo la provincia para anunciar a los gaditanos que «la nueva primavera ya había llegado». «Fue un momento muy dulce a pesar del miedo reinante» recuerda con nostalgia. Como diputado constitucionalista, Vargas Machuca también rememora el privilegio de ser testigo de primera fila de un momento histórico. «Recuerdo ese día en el Parlamento, sin ser consciente realmente de lo que estaba viviendo», asevera con orgullo.
Jesús Mancha recuerda como ese día no se despegó de la radio a la espera de noticias desde el Congreso. «En nuestro fuero interno sabíamos que la Constitución iba a salir adelante pero teníamos cierto miedo a lo que pudiera pasar». «No podemos olvidar que tanto la derecha como la izquierda renunciaron a muchos de sus principios elementales para poder dar a luz al documento », explica el ex líder de AP. Un documento muy valioso, fruto de la unidad que hoy cumple 30 años de vida. La máxima viegencia alcanzada por una constitución española. Será que se nos está haciendo mayor.