Locura colectiva
El mundo del deporte, más bien el del fútbol, se está volviendo un poco loco y algunos han perdido el norte desde hace tiempo y no están en vías de recuperarlo.
Actualizado: GuardarPara empezar, suscribo totalmente todo lo publicado sobre el poco eco que se han hecho los medios de la muerte del joven futbolista de la Olímpica Valverdeña, Guti. Está claro que su caso no ha tenido el tratamiento ni la sensibilidad deseada. Pero de ahí a compararlo con otras situaciones similares va un trecho. Está feo que haya salido el nombre de alguien que ya no está presente, porque, al fin y al cabo, esa persona no tiene culpa de la escasa repercusión mediática de la muerte de Guti.
En Francia también se están volviendo un poco locos. No es de recibo que los ultras del Olympique de Marsella hayan tomado la postura que han tomado arremetiendo contra los seguidores del Atlético de Madrid que tienen previsto acudir a Marsella y, poco más o menos, que invitándoles a no ir al partido. Intolerable porque puede generar consecuencias muy graves. E intolerable, aunque hasta cierto punto admisible, que el club colchonero haya pedido ayuda y amparo al Gobierno español. De todas formas, con la que está cayendo en nuestro país es un poco triste recurrir a la máxima autoridad por algo que sólo empezó como un deporte.
Por cierto lo que sólo empieza como un deporte suele terminar degenerando en episodios violentos como los de hace un mes en el Calderón. Eso nos duele a todos sobremanera. Sin embargo no debemos olvidar que lo que sólo empieza como un deporte a veces también se degenera cuando sólo está empezando como un deporte. No me gustaría haber estado en Elcano el viernes pasado, donde el delegado de Deportes Romero no estuvo a la altura del nombre que lleva el equipo.