El legado de Mutis regresa a Bogotá
Una pequeña parte de la herencia artística y documental del sabio español vuelve a la antigua capital del Nuevo Reino de Granada tras permanecer 192 años en España
Actualizado:Una pequeña parte de la herencia artística y documental del sabio español José Celestino Mutis está de vuelta en la antigua capital del Nuevo Reino de Granada, de donde salió hacia Madrid en 1816 por orden del pacificador Pablo Morillo. Son 25 láminas grandes de la «iconografía mutisiana», más diez perfiles geográficos, algunos dibujos de menor formato, manuscritos y distintos objetos del naturalista nacido en Cádiz en 1732 y fallecido en Bogotá en septiembre de 1808.
Es parte de un patrimonio que «se exhibe por primera vez» fuera de las instituciones ibéricas que lo conservan, dijo el historiador español Miguel Ángel Puig-Samper, comisario de Mutis al natural/Ciencia y arte en el Nuevo Reino de Granada, exposición del universo de este naturalista en el Museo Nacional de Colombia (MNC).
«Normalmente no han viajado, porque en España están consideradas tesoro artístico nacional e, incluso, iberoamericano», afirmó Puig-Samper, que compartió la curaduría de la muestra con su colega colombiano José Antonio Amaya.
Las piezas proceden de las salas o vitrinas del Real Jardín Botánico de Madrid, los museos de las Cortes o de la Farmacia Hispana de la Universidad Complutense, y otras entidades culturales y científicas españolas que las cedieron para Mutis al natural, último evento conmemorativo en Colombia del bicentenario de la muerte de este botánico, médico, matemático y sacerdote. Todas ellas están en un grupo de nueve instituciones ibéricas y otro de diez colombianas que reunieron, por iniciativa del Ministerio colombiano de Cultura, del que depende el MNC, 131 láminas botánicas, documentos, pinturas, retratos, grabados, libros, objetos e instrumentos médicos y científicos de o sobre Mutis.
Inauguración
La exposición fue inaugurada el pasado 2 de diciembre por los ministros de Cultura de España, César Antonio Molina, y Colombia , Paula Marcela Moreno, y estará en el MNC hasta el 1 de marzo de 2009, cuando será alistada para una itinerancia al menos por España.
«Lo que hemos intentado es contextualizar la Real Expedición Botánica y dar una idea clara de lo que es la combinación de ciencia y arte en ese momento en el Reino de la Nueva Granada», explicó Puig-Samper, titular de la Dirección de Publicaciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC).
Mutis, que llegó a Bogotá en 1760 como médico en la corte del virrey Pedro Messía de la Cerda, enviado del rey Carlos III, emprendió en 1783 esta gesta botánica, que se extendió hasta 1816.
En mayo de ese año, Morillo la clausuró y, un mes después, remitió a Madrid, embaladas en poco más de un centenar de cajones, la iconografía, los archivos, el herbario y otros documentos de la Expedición Botánica y su promotor. La remisión llegó a Madrid un año más tarde y fue abierta ante el rey Fernando VII. En ella descollaban, guardadas en doce cajones, las láminas, en número de 5.393, y las tirillas auxiliares, 1.001.
Las láminas son maravillosas, son un poco el tesoro de la Expedición, afirmó Puig-Samper, que no deja de sorprenderse por su calidad artística y científica, su meticulosidad y la creatividad de los artistas del Taller de Pintura abierto por Mutis para esta tarea en Mariquita, localidad en el centro de Colombia. La exposición ofrece una muestra que abarca desde los primeros dibujos, que no llevan color, pero minuciosos, y de los que el naturalista comenzó a dar cuenta en Europa con envíos al Real Gabinete y al «padre de la ecología moderna», el sueco Carlos Linneo (1707-1778).
Mutis acompañó las investigaciones botánicas con las de consecución de tintes o pinturas, que logró extraer de las mismas plantas, faceta que los comisarios ilustran con objetos utilizados para pruebas de color y tono, y una descripción de especies de las que eran obtenidos. El sabio también lo dejó registrado en sus manuscritos, presentes en la muestra junto a otros documentos, como el diario del piloto de La Castilla, el navío que llevó hasta la Nueva Granada a la corte de Messía de la Cerda. Con los tintes, el naturalista le dio el brillo a las láminas que maravillan aun 192 años después de que fueran desembarcadas en España con muestras de minerales, maderas, semillas y dibujos de animales, como aves. Los cantos de las aves también pueden escucharse en un apartado especial de Mutis al natural, que además tiene otra sección particular, de «paisajes sonoros», con la emisión continua de cinco piezas musicales españolas y neogranadinas del siglo XVIII.