Ocho de cada diez jóvenes tiene móvil y gasta al mes en él 42 euros
Bajo la coartada de estar localizados, niños y adolescentes han aprendido a utilizar la telefonía móvil con propósitos muy diferentes al de la simple comunicación con sus padres. Los propios terminales (generalmente 3G de última generación) y los servicios ofrecidos por las operadoras permiten una serie de ilimitadas funcionalidades cuyo mayor atractivo para el menor radica, muchas veces, en brindarle más posibilidades de escapar del control paterno.
Actualizado:Un ochenta por ciento de los niños entre diez y dieciséis años tiene un teléfono móvil de última generación, el 44% dedica entre una y dos horas al día a usarlo y el gasto medio por niño se eleva a 42 euros al mes. Estos reveladores datos se desprenden del informe «La telefonía móvil en la infancia y la adolescencia», con el que el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, alerta sobre el papel que estos aparatos juegan en la vida de los menores y cómo han modificado sus formas de relación y comunicación grupal.
Cría cuervos
Entre la suerte de abusos que describe el informe -elaborado sobre una encuesta a 1.345 niños, grupos de discusión y entrevistas con las operadoras de telefonía móvil-, lo más alarmante es, en opinión de Canalda «que un diez por ciento de los menores admite utilizar el móvil para grabar peleas, un once por ciento lo usa para colgar estos vídeos en Youtube y un 32 por ciento para molestar o fastidiar a otras personas». El menor que gasta bromas con el móvil normalmente también ha colgado imágenes en la Red «y confiesa que ante un potencial escenario de violencia, no acudiría a un adulto», explica el estudio.
El texto pone de manifiesto el alto grado de dependencia que tienen los menores de edad hacia los terminales: un 25 por ciento de ellos confiesa que no lo apaga nunca (incluso en horas de sueño y lectivas). Paradójicamente, para los adolescentes, el móvil supone independencia: «según nos han confesado, sólo existes si te llaman o envían mensajes SMS», asegura Canalda.
Pese a que los padres asumen normalmente (en un 65 por ciento de los casos) los gastos telefónicos, el 41 por ciento de los vástagos que han participado en la muestra afirman que el único control que sus progenitores ejercen en el uso de móviles se limita al dinero que gastan. Y lo que más preocupa a la mayoría de ellos es que entren en contacto con extraños (66 por ciento), que lo usen indebidamente (64%) y que estén todo el día enganchados (61%).