BUEN HUMOR. La sonrisa es una de las marcas de la casa en el Bar Juanito. / TAMARA SÁNCHEZ
FAUSTINO RODRÍGUEZ PROPIETARIO DEL BAR JUANITO

«En el Bar Juanito tengo que estar a la altura de lo que se espera de mí»

Recién galardonado con un premio Jerezanísimo, el famoso hostelero jerezano repasa, satisfecho, su trayectoria: «Mi padre tiene que estar tocando las palmas todos los días»

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La mañana es fría, pero el sol no nos abandona del todo. La sonrisa abierta de Faustino tampoco, y esto reconforta, da calor humano, el que te hace sentir bien por dentro y te proporciona bienestar. Lo espero fuera del bar, mientras un camarero va colocando los vistosos manteles en las mesas de la terraza. «Qué frío hace, ¿por qué no pasa y lo espera dentro?». «No, gracias, prefiero los rayos del sol». En esto que aparece por la esquina de la calle Pescadería Vieja, saluda al zapatero y le habla desde el umbral. Del saludo cariñoso pasamos a las mesas del restaurante. Miro alrededor buscando lugares nuevos para las fotos. «Ésta con el Rey ¿dónde te la hicieron? Porque en prensa no la ha salido». «Fue este noviembre, en Mairena del Alcor, me lo presentaron ».

Pues brindaremos por su premio y con su majestad de testigo. Hace unos días recibió el Jerezanísimo de la Cadena Ser por la promoción que hace de Jerez.

-¿Se siente merecedor, se lo esperaba?

-¿Por qué no? Aunque algunos dirán: ya está éste otra vez en los periódicos, y otra vez en las fotos. Pero yo digo que también sale mucho en la tele Ferrán Adríá, ¿desde cuándo no está en la cocina con lo joven que es? Y Arzák con sus programas y escribiendo libros. ¿Desde cuándo no se ponen un mandil o encienden un cerillo? Y no me quiero parecer a ellos ¿qué más quisiera yo!. Pero a mi que me quiten lo bailao, ¿verdad?.

-Verdad es. Como que usted se emocionó muchísimo cuando subió a recoger el premio. Tanto que se quedó sin palabras.

-No sé que me pasó, con todo lo que yo charlo, pero me bloqueé. Yo pienso que tardé en reaccionar por las emociones, también estaba pendiente de que llegara mi hija que no la veía desde el verano y que Pacheco dijo unas cosas muy guapas de mí. Le dije ¿te has pasado, picha!

-Ahora LA VOZ le da la oportunidad de resarcirse y dar las gracias y dedicar su Jerezanisimo a quien corresponda.

-Primero quiero dar las gracias al jurado, a mis colegas que estaban allí, a las autoridades. A los clientes, a los que trabajan conmigo Y dedicárselo a Carmen, mi mujer. A mis hijos, a mi nuera, a mi nieta. Y a mis padres.

-Sin Juanito, su padre, y la gran ayuda de su madre, ¿hoy no sería lo que es?

-Mi padre, el verdadero Juanito, es el artífice de todo. Era un monstruo, de él aprendí todo, pero ni por asomo me acerco a él. Yo creo que mi padre debe estar todos los días tocando las palmas desde arriba. Y luego está mi madre, que luchó mucho. Ella era la que se hartaba de pelar los pajaritos

Se le entrecorta la voz, los ojos se le humedecen y en el silencio que respeto veo como le caen dos lagrimones que se apresura a secar con la palma de la mano.

«Me has hecho llorar, lo que no hice la otra noche El día 8 de este mes hace 27 años que murió mi padre».

Además del bar, su padre le dejó en herencia su forma de ser

-A mi me gusta mucho lo que hago, como le gustaba a él. Me gusta hablar, reírme, me gustan las copas, me gusta pasarlo bien. Y dónde voy siempre estoy bien mirado, tanto fuera como aquí. Yo siempre estoy donde está Jerez. Si tengo que ir a Barcelona o Madrid porque hay un acto, o se le hace un homenaje a alguien de Jerez, ahí voy. Y, como siempre, procuro que alguien me haga una foto (risas compartidas), así ven que no miento

-Es que mientras no salga en la prensa parece que no existes

-Ahí está, ahí está ( sonora carcajada para rematar).

-Faustino, y a esto se suma el respeto y el cariño que le tienen todos.

-Yo creo que sí; soy respetado y querido. ¿Tú sabes lo que es conseguir eso en tu pueblo con un bar? Me siento lleno. Yo creo que estoy viviendo en el paraíso dentro de mí, de lo humano. Aunque seguro que habrá a quien le caiga regular y hasta mal, que también los habrá, ¿por qué no?, sino no sería normal. No se puede caer bien a todo el mundo.

-Pero usted es uno de los más mimados en la profesión. No me diga que no.

-Sí, pero es que me tiene que tocar la lotería alguna vez porque yo compro muchos decimos. (Con esta salida quién no se echa a reír, pues yo misma) Claro, si tú estás acostado, quién te va a mimar tu mujer y tus hijos. Y si en vez de estar en Madrid, estás en el Bingo o estás jugando a las maquinitas Yo cuando voy a todos esos sitios, primero voy porque me invitan. O busco que me inviten, a mi manera, por mi forma, por los años que llevo aquí. Ten en cuenta que a lo mejor tú vienes a mediodía y ves al alcalde de Sevilla, a Rubalcaba o a Curro Romero y además yo me tomo una copita con ellos, seguro. Vengo, le pregunto como están, me presento, pacá, pallá, tú me has visto que esa es mi vida. Les doy mi tarjeta, les digo: pues tal día hay una zambomba, ¿vais a venir? Y nace una amistad, entre comillas, una relación. En el Bar Juanito tengo que estar a la altura de lo que esperan de mí

-¿Ahora es más un relaciones públicas?

-Si, si tú vienes a las dos, yo estoy aquí. Eso es marketing. Antes no se llevaba esto, pero a mi me gusta mucho la prensa, las fotos, charlar y eso es ser relaciones públicas. Hubo a finales de los ochenta otra crisis gorda. En aquel tiempo, varios bares del centro, del mismo tiempo que mi padre, tiraron la toalla. Yo también sufrí mucho esa crisis ¿eh?, pero tiré para adelante como pude. Lo único que sabía, bien o mal, era esto, y si lo dejaba ¿de qué iba a vivir?. Éramos siete hermanos y tenía tres hijos en el mundo. Tuve que seguir como pude y estar mucho en la calle, hablar con la gente.

-Y te adelantaste en lo que ahora son las Relaciones Públicas

-Ahí está, ahí está. Ahora viajo, me muevo mucho, me invitan a todos los sitios y yo me dejo querer. Antes estaba todos los días con el mandil en la cocina, detrás del mostrador y como tú dices empecé a hacer de relaciones públicas.

-Vuelvo a su padre; él fue quien le enseñó a saber estar con los clientes.

-No hay día que no me nombren a mi padre varias veces y yo hable de él. Y sobre lo que me preguntas te diré que un poco porque como mi padre no habrá nadie, por lo menos para mí. Era único en esto, pero es verdad que le heredé y me enseño. Antes eran otros tiempos y se hacía de otra manera. Pero en lo básico sí, hago uso de lo que veía y me vengo a referir cuando antes me decías que me mimaban claro que sí, pero yo también mimo. Es muy difícil que diga no a nadie, pero en todos los sentidos -recalca y casi deletrea- en todos los sentidos, y después tengo veinticuatro horas el teléfono abierto.

-Vamos, que está para Jerez y los jerezanos que lo necesiten.

-No es un piropo ni nada, pero estoy muy a la mano, yo digo que en primera línea. Nunca me escondo, Isabel, de verdad. Y luego salgo mucho fuera, a Sevilla, a Madrid, y siempre hablo del vino de mi tierra y ése ya es hablar de Jerez. Además, que me gusta tomar una copita, ¿tú quieres una? -le pide al camarero dos copas de oloroso, y vuelve donde se quedó pero con tono de disculpa- Que otros lo hacen, que muy bien, nunca me he metido en la vida de los demás. Vengo a referirme, por lo de si me lo merecía o me lo esperaba. Nunca lo he esperado y para mí siempre ha sido una sorpresa.

-¿Cuántos premios la han dado?

-Yo digo que he invertido menos de lo que he recibido, y te cuento que he conseguido tres reconocimientos en mi vida pública, ¿se dice así no?.. Fui Rey Mago en el noventa y dos. Lo recuerdo como algo muy grande. Después, en 2006 me dieron el premio Jerezano del año. Y en este 2008, el Jerezanisimo.

-Éste último me dice que muy fácil de conseguir, explique a los lectores por qué.

-Este premio es como si te lo dan por querer mucho a tu madre. Cómo me van a dar un premio por querer a Jerez, por hablar de mi tierra. Es tan fácil ,yo voy a Madrid a un restaurante y nada más verme ya me tienen preparada una copa de vino frío, ¿tú me tiendes?, pero, claro, si no me lo dan a mí, se lo van a dar a otro. Estoy muy contento, la verdad, y si mi padre levantara la cabeza

-Y siempre Jerez

-Siempre, y además soy de Jerez, siento Jerez y cada vez que termino algo, siempre acabo diciendo: ¿Viva Jerez!. Pero que no tengo que promocionarlo fuera, aquí desde Bar Juanito se promociona la ciudad. Porque aquí vienen muchas personas de fuera y si vuelven es que lo habré hecho bien, y además quieren ver a Faustino; y luego al volver al Bar Juanito es que han vuelto a Jerez ¿no? Aquí en Jerez es donde hay que promocionar Jerez y mimar al turista. Yo he quitado la palabra guiri y pido que se trate con cariño a todo el mundo. Tu puedes hacer un buen guiso, pero si no lo haces con cariño no se lo come ni el mejor gastrónomo.

-La fidelidad del cliente. Pero, en todo esto ¿qué culpa tiene Carmen?

-A mi mujer le gusta estar en un segundo plano. Pero el que va detrás de una mujer importante soy yo. Ella pasa muchas horas en la cocina, es la que se pone el mandil y le digo que va siendo hora de que salga en las fotos.

-Qué recomendaciones le da.

-Que no hable mucho, que no beba. Es la que me pone en la maleta todo lo que me hace falta. Sin ella, yo no sé que haría.

-Para que siga disfrutando, hábleme de sus hijos.

-Tengo a Rocío, que es tan lista y guapa como la madre. Trabaja en Barcelona en una empresa turística y viaja mucho, sabe varios idiomas. A Cristina la tengo más cerca, en Sevilla, es psicóloga. Y mi hijo Juan, más buena gente que yo, que es abogado urbanista. Su mujer, Maribel, trabaja en la empresa y me ha dado mi única nieta, Claudia, que ya tiene trece meses.

Volvemos a las fotos del Bar Juanito. Hay dos con el Rey Don Juan Carlos. Deben ser recientes, pues aún no han salido en los periódicos.

-Fue el pasado mes de noviembre, en la inauguración de una planta cervecera de Heineken, en Maírena del Alcor (Sevilla).

-¿Pudo hablar con él?

-Le hablé de las alcachofas, de los pestiños que yo le mando a la Zarzuela, pero, claro, yo no sé si le llega a él. A mi me mandan una carta dándome las gracias y con su firma, pero será del secretario ¿no? Aquí ha estado varias veces y también estuve con él en Alemania, salió en la prensa: El Rey de España y el rey de las alcachofas pero claro él no se acuerda de mí, y en la foto estábamos hablando de Jerez. Su hija, la infanta Elena, cuando los Juegos Ecuestres, estuvo comiendo aquí y el que fue deportista Iñaki Urdangarín, con sus hijos.

-Pero no le preguntó si se comía los pestiños

-No, le dije: a ver si este año se hace usted una foto comiendo los pestiños del Bar Juanito o las alcachofas (risas)

-Pongamos un final a esta entrevista. Con quién se despide.

-Yo quiero aprovechar, me sirven estas letras tuyas, para volver a dedicárselo a Carmen más que a nadie, que es la que está dentro para que yo pueda estar fuera. A mi familia, que son los verdaderos Juanitos.

Y ya de paso, Faustino, le recomendamos a los jerezanos y a los visitantes que mañana viernes y el día dieciocho no se pierdan las tradicionales y conocidas zambombas del Bar Juanito, para seguir hablando y sintiendo Jerez de una manera única y como sólo sabe hacerlo Faustino.