«El texto ha funcionado bien. Otra cosa ha sido su aplicación»

José Pedro Pérez Llorca, letrado de las Cortes en 1978 y uno de los padres de la Constitución, considera, treinta años después, que la reforma del texto constitucional se hace cada vez más necesaria. Sólo así podría volver a “coger vigencia”. Sin embargo, “si el texto no se toca, que es lo que está ocurriendo, se convierte en una Constitución débil, que no fue lo que se pensó”.

El texto ha funcionado razonablemente bien, dice, otra cosa es que hayan funcionado sus operadores. En la actualidad, uno de los representantea de UCD no observa ningún problema con el diseño institucional que hizo la Constitución. Donde sí hay un problema es en su aplicación por parte de los partidos. “Lo que hoy prevalece es una crítica al funcionamiento del sistema y un desprestigio de los operadores del sistema, de la clase política y de las instituciones”, advierte.

Tres décadas después, en su despacho de la calle Alcalá de Madrid, Pérez Llorca recuerda la complejidad de alcanzar un acuerdo. Aunque si algo les provocó más de un dolor de cabeza, eso fue la elaboración del sistema educativo y el estado de las autonomías. Una cuestión ésta última que se cerró con la insatisfacción del propio Pérez Llorca.

Los problemas y las dificultades trascendían la mesa constituyente. “Teníamos los problemas de cualquier negociador: ¿te respalda la jefatura de tu partido?, ¿hasta qué punto te respalda?, ¿te respalda dejándote sin directrices cuando las pides y las necesitas?” se pregunta hoy. A todo ello habría que sumar la presión de una opinión pública y de unos medios de comunicación que, en su opinión, vertían unas críticas “muchas veces muy poco reflexionadas”.