Obama presenta a sus 'halcones'
Hillary Clinton encabeza un equipo que combina diplomacia y experiencia en seguridad para recuperar la credibilidad de Estados Unidos en el exterior
Actualizado:Hillary Clinton, la mujer que amenazó a Irán con «borrarlo de la faz de la tierra», será la jefa de la diplomacia de EE UU como nueva secretaria de Estado. Janet Napolitano, el terror de la frontera, secretaria de Seguridad Nacional. Robert Gates, arquitecto de la escalada de tropas en Irak, se queda como secretario de Defensa. James Jones, una marine que combatió en las guerras Irak y Afganistán, le vigilará los pasos como asesor del presidente en Seguridad Nacional.
Éstas eran algunas de las caras que acompañaron ayer a Barack Obama durante la presentación de su equipo de seguridad nacional, al que ha encargado el mensaje mixto de defender a EE UU y hacer amigos en el mundo. «Fortaleceremos nuestra capacidad para derrotar a los enemigos y apoyaremos a nuestros amigos», prometió el presidente electo. «Renovaremos las viejas alianzas y forjaremos otras asociaciones nuevas y duraderas».
Obama ha encomendado al anti-Rumsfeld de Bush «una nueva misión tan pronto como tome el poder», anunció: «Terminar la guerra de Irak de forma responsable y transferir con éxito el control a los iraquíes». El próximo inquilino de la Casa Blanca ve factible su promesa electoral de retirar las tropas en dieciséis meses, pero matizó que escuchará «las recomendaciones de mis comandantes».
El contrapunto en esta foto de viejos halcones lo ponían dos afroamericanos, Eric Holder y Susan Rice. Holder será el primer hombre de color que sirva como fiscal general. Se trata de un abierto opositor de la pena de muerte al que Obama atribuye «la mezcla de dureza e independencia que necesita el Departamento de Justicia». Su misión es la de devolver la dignidad y la confianza que le habían arrebatado al cargo los fiscales de Bush, especialmente Alberto González, al que se le veía como poco más que el abogado personal del todavía presidente, encargado de encontrar lagunas legales para burlar la Constitución, la Convención de Ginebra y cuantos derechos civiles se interpusieran en su camino.
«Dejadme ser claro», subrayó Obama ayer en el hotel de Chicago donde dio la conferencia de prensa. «El fiscal general sirve al pueblo estadounidense, y tengo todas las expectativas de que Eric protegerá a nuestro pueblo, mantendrá la confianza pública y se apegará a nuestra Constitución».
Categoría ministerial
Y en ese lado amable de la foto estaba también Susan Rice, la nueva embajadora ante las Naciones Unidas, un cargo al que Obama ha devuelto la categoría de cartera ministerial que primero le otorgó Bill Clinton y luego le arrebató George W. Bush, menos interesado en la política internacional y en los organismos multilaterales. «El embajador ante la ONU servirá como un miembro de mi gabinete y será un miembro integral de mi equipo», declaró ayer el presidente electo. Era una muestra de apoyo a ese organismo internacional «indispensable e imperfecto» con el que piensa trabajar, pero con una condición: «Rice llevará mi mensaje de que nuestro compromiso con la acción multilateral debe estar asociado con la reforma».
Esta afroamericana de piel clara ha tenido por mentora a Madeleine Albright, vieja amiga de su familia y ex secretaria de Estado con la última Administración demócrata. Precisamente con Bill Clinton fue directora de Organizaciones Internacionales y Tropas de Paz, así como asistente especial del presidente en asuntos africanos y más tarde de la responsable de las relaciones exteriores. Un bagaje de gran utilizada para las misiones de la ONU.
Tendrá que supeditar sus movimientos a la jefa del Departamento de Estado, que será Hillary Clinton. Una mujer a la que se tiene por tan revanchista que muchos cargos menores estaban a la espera de su confirmación para decidirse entre la Casa Blanca y la secretaría que dirigirá la ex candidata.