Dureza y encanto
Barack Obama ha anunciado tres nombramientos muy importantes en su futuro Gabinete: el del general de marines James Jones como consejero nacional de Seguridad, la confirmación en su puesto del actual secretario de Defensa con Bush, Robert Gates, y la designación de Hillary Clinton como secretaria de Estado. Con este trío de ases Barack Obama subraya su decisión de rodearse de los mejores, por encima de la afiliación partidista o la rivalidad política pasada y moverse hacia un centrismo pragmático en el que lo que cuenta es la experiencia -se habla ya del Gabinete Obama- Clinton por la cantidad de colaboradores del anterior presidente que se están sumando al nuevo equipo-.
Actualizado: GuardarHillary Clinton atesora un muy buen conocimiento de los asuntos internacionales y una red de contactos envidiable a la que intentará sumar la de su marido, tal vez el mejor relaciones públicas del mundo.
La senadora de Nueva York es una persona inquieta, muy trabajadora y con ganas de demostrar a su país su valía, algo mucho más difícil de hacer en el Senado que al frente de la diplomacia de EE UU. Su visión de la realidad internacional es más realista que la de Obama, ya que considera al multilateralismo como un medio y no un fin en sí mismo.
Hay división de opiniones sobre si su abandono del Poder Legislativo para servir a quien la derrotó en las primarias demócratas supone la renuncia a toda esperanza de ocupar un día la Casa Blanca. Analistas como Peter Beinart explican que la nueva secretaria de Estado tendrá que competir con un vicepresidente muy versado en política exterior como Joe Biden y, sobre todo, que la oficina de Foggy Bottom históricamente no ha sido una óptima plataforma para intentar disputar elecciones, ya que los norteamericanos no suelen votar pensando en cuestiones internacionales.
En 2012 Hillary puede estar muy desgastada: aunque lo haya hecho muy bien, cabe suponer que los triunfos internacionales se los apuntará el presidente Obama. Sin embargo, es posible que tanto Obama como Hillary acierten con esta decisión de trabajar juntos y que ambos ganen con ello.
Al tiempo que Estados Unidos afronta una aguda crisis económica, es preciso que la única superpotencia recupere cuanto antes su legitimidad y su capacidad de liderazgo global. La senadora de Nueva York y su marido (Hill and Bill) parecen preparados para dar esta batalla con dosis iguales de dureza y encanto.