«Esto es una chapuza, la pulsera no sirve para nada»

Herminia Buceta Luna, la ex esposa de Maximino Couto, el hombre que el sábado mató a su actual pareja durante un permiso carcelario, afirmó ayer: «Ni a mí ni a mis hijos se nos irá el miedo» aunque el agresor esté de nuevo en prisión. «Estamos vivos de milagro; mis hijos y yo hemos nacido de nuevo. No soy muy religiosa, pero que estemos vivos es un milagro», afirmó Buceta. Couto, de 60 años, que cumplía condena en la prisión pontevedresa de A Lama por amenazas a su ex mujer, mató durante un permiso carcelario a su actual pareja, María del Rosario Peso, de 57 años, en Ponte Caldelas (Pontevedra).

Tras acabar con la vida de su novia, se dirigió al domicilio de su ex esposa y al no encontrarla en casa agredió con un cuchillo al matrimonio vecino, que había intervenido como testigo en el juicio por el que fue encarcelado y a un policía al ser detenido

«Tengo esperanzas de que lo metan en la cárcel durante mucho tiempo, porque si después de lo que hizo lo dejan libre, entonces nos pegamos un tiro. Me gustaría que no saliera de la cárcel», dijo Herminia Buceta.

Además, señaló que con los antecedentes de su ex marido, «si lo dejan libre, no existe la Justicia en este país», y entiende que «este tipo de casos se pueden evitar; que lo hagan bien de una vez».

Herminia dijo que no entiende lo que los psicólogos de los centros penitenciarios o los propios jueces «ven en esta gente para otorgarles permisos penitenciarios», y reconoce que la policía «hace lo que puede». A Maximino Couto le había sido colocada en el centro penitenciario una pulsera de localización, pero no se sabe por qué motivo el dispositivo falló y funcionó horas más tarde.

«Ya estoy tranquila, pensaba yo. ¿Pero qué tranquilidad!; esto es una chapuza, las pulseras no sirven para nada si es que pudo manipularla», señaló indignada Herminia.