Pericón de Cádiz (II)
En nuestra anterior sección recomendamos la apasionante lectura del libro Las mil y una historias de Pericón de Cádiz, obra de José Luis Ortiz Nuevo, que ha sido reeditada por Ediciones Barataria. Los testimonios humanos y artísticos de Juan Martínez Vílches fluyen cotidianos por unas páginas que esconden los valores ancestrales del Cádiz de siempre en voz de uno de sus más destacados protagonistas flamencos. José Luis tuvo la virtud de sacar con naturalidad episodios y escenas vividas por este cantaor, portavoz excepcional de esta forma de ser y estar ante la vida, que lo convierten en puro arte. Tras releer con atención sus páginas encuentro cierta correlación con la forma expositiva de Fernando Quiñones en obras como Las mil noches de Hortensia Romero, que hasta en el título se aprecia cierta correlación. Respetada el habla gaditana, bien parece que el autor propone la audición de algunas cintas grabadas y llevadas al papel tal cual.
Actualizado: GuardarPara poner colofón a esta reseña destacamos alguna que otra escena de esas que han llevado este libro a un sitio destacado de los escritos flamencos y anecdóticos de corte testimonial. Como aquella de puro arte, recordada por Pericón y que incluso apareció en el diario Informaciones de Madrid: «Acababa de salir de un cine, de presenciar una película de vampiros, cuando José González Valle, de 16 años, dijo a unos amigos: -Estas cosas pueden pasar de verdad, porque en cualquier momento va, aparece un vampiro y te ataca. La frase fue escuchada por uno que pasaba por allí y, que curiosa coincidencia, tenía un defecto acusado en los dientes, con unos incisivos deformes y salientes. El individuo en cuestión creyó que la frase se la había dedicado con sorna el muchacho y, sin mediar palabra, le atacó, propinándole un cabezazo y alguna dentellada. José González dio cuenta inmediatamente a la policía, creyendo que, efectivamente, era un vampiro quien le agredía. El agresor resultó ser un hombre conocido por el apodo de El Lobo, domiciliado en la calle Gitanilla del Carmelo de Cádiz, quien explicó al inspector de la policía de la comisaría de guardia que él atacó al muchacho porque se sintió aludido cuando oyó hablar de vampiros».
No cabe duda que cuando se habla de Pericón y de Cádiz la gracia y el arte se funden con una realidad tan inventada, por fantasiosa, como real. ¿Qué arte Dios mío! Gracias José Luis.