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Un oligarca prudente

Contados magnates rusos mantienen vínculos estrechos con el Kremlin. Vaguit Alekpérov, el presidente de Lukoil, la petrolera que pugna por hacerse con el 30% de Repsol, está en la lista de privilegiados. El célebre empresario nació en Azerbaiyán hace 58 años. Es uno de los multimillonarios rusos más discretos y recatados. Se le calcula una fortuna superior a los 13.000 millones de dólares y posee más del 20% de las acciones de Lukoil. Es quizá el más chapado a la antigua. Estudió en el prestigioso Instituto de Química y Petróleo de Bakú y aprendió a perforar pozos en pleno Mar Caspio junto a su padre.

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La experiencia acumulada le sirvió después en Siberia para escalar puestos en el sector energético y para ser nombrado, en 1990, vicetitular del Ministerio del Petróleo y el Gas de la Unión Soviética. Llegó a ganarse el apelativo de Alek I y, tras dejar el Gobierno, participó en la creación del consorcio estatal petrolero Langepás-Urái-Kogalimneft, que el presidente Yeltsin convertiría por decreto, en 1993, en la actual empresa Lukoil.

Sus antecedentes de director rojo, sin embargo, no fueron obstáculo para asimilar las nuevas técnicas de enriquecimiento mediante el acceso a las privatizaciones. El método era sencillo. Alekpérov se alió con varios bancos, entre ellos el ruso Bank Imperial, de cuyo consejo de dirección llegó a ser miembro, y no tuvo ningún problema a la hora de encabezar la operación para hacerse con Lukoil en compañía de sus socios. Por supuesto, todo gracias a Yeltsin y a su corrupta burocracia. En 1997, Alekpérov fue acusado de evasión de impuestos. La muerte, aparentemente a causa de un ataque al corazón, del vicepresidente de Lukoil, Vitali Shmidt, empañó la reputación de Alekpérov. La revista Nóvaya Gazeta, en donde trabajó la periodista rusa asesinada, Anna Politkóvskaya, publicó un artículo con la hipótesis de que Shmidt podría en realidad haber sido envenenado. Lo cierto es que nada se pudo probar.

A petición del Kremlin, Lukoil compró en 2001 las acciones de los periódicos y canales de televisión de Berezovski para cambiar su línea informativa o para, como pasó con el canal ruso TV-6, provocar su quiebra.