ESPAÑA

La mujer pidió que le dejaran salir

«La última vez que vi a Rosario fue el martes cuando me suplicaba que le diéramos el tercer grado a su pareja», explicó José Antonio Gómez Novoa, director de la cárcel pontevedresa de A Lama. Rosario murió a manos de Maximino Couto, un preso de 60 años, que disfrutaba de un permiso penitenciario.

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El próximo día 19, Maximino Couto Durán finalizaba su condena de dos años y siete meses en la cárcel por un delito de amenazas y resistencia. Pero no le concedieron la libertad. «Me sorprendió que dijera que había una persecución hacia su compañero al no concedérselo», dijo el director del penal en declaraciones a la Cadena Ser.

«Este último permiso fue propuesto por la junta de tratamiento y autorizado por el juez de vigilancia; se le concedieron cuatro días como preparación para la vida en libertad», aclaró José Antonio Gómez Novoa. Una de las finalidades del permiso de salida es la de servir al interno para la preparación para la vida en libertad. En este caso el resultado no fue, evidentemente, el esperado. El interno tenía cumplida la cuarta parte de la condena, mostraba buena conducta en el centro penitenciario y nada hizo intuir que su salida iba a desencadenar una tragedia. «No podemos prever lo que piensa la mente humana», argumentó el director de la prisión.