Concentración de poderes
La decisión del presidente de coger el toro por los cuernos y «dar la cara» hasta la extenuación ha cambiado el prisma con el que se miraba a los dos vicepresidentes, durante mucho tiempo los miembros del Gobierno más valorados por los españoles, según el CIS. Solbes ha quedado eclipsado. «Pero es normal -alega un asesor del presidente-, lo que aquí tenemos es una situación que provoca miedo y no parece que un señor con gesto adusto, serio y aburrido sea lo mejor para provocar confianza; además, esto lo están haciendo todos: Nicolas Sarkozy, Gordon Brown y Angela Merkel». El vicepresidente económico ejerce como el señor de la caja, el que dice si algo se puede o no se puede hacer con los recursos disponibles. Pero sus planteamientos políticos no son, ni mucho menos, los que priman. Fue él quien, a mediados de septiembre, señaló que el hecho de que España entrara en recesión no sería tan malo porque -siguiendo el principio de destrucción creativa de Joseph Schumpeter- serviría para «limpiar la economía». Una afirmación que hizo llevarse las manos a la cabeza a los máximos responsables del mensaje político.
Actualizado: GuardarEl caso de la vicepresidenta primera es distinto. Fuentes de Moncloa aseguran que sigue despachando con Zapatero a diario porque, entre otras cosas, es la responsable de la comunicación. Pero aunque su opinión sobre la oportunidad o no de determinadas actuaciones sea escuchada, su área de competencias ha quedado ahora en un segundo plano. Imperativos de la crisis.