«Mi primer contrato lo firmó mi padre porque yo era menor»
«En el seno de una familia tradicional nace un niño con una voz extraordinaria y cualidades especiales que le hacen diferente. Su corazón late a ritmo de tres por cuatro». La sinopsis de A no da más pistas. Nacho Cano guarda en secreto las imágenes y canciones de un musical con el que espera repetir el bombazo de Hoy no me puedo levantar, culpable de convertir la Gran Vía madrileña en un rentabilísimo Broadway.
Actualizado: GuardarEl cambio climático vertebra un espectáculo con cincuenta artistas en escena, una banda de rock y una orquesta de cuerda. Cano, que ha alquilado el teatro Häagen-Dazs (Calderón) durante dos años, escribe en una de las canciones: «A este rincón le quedan pocos inviernos si la turbina del amor no se activa con las aguas, el cielo, las montañas».
-Asústeme con las cifras de Hoy no me puedo levantar.
-Es el espectáculo -no sólo el musical- que más ha recaudado en la historia en España, ni concierto de los Stones ni nada. Nunca cerraba. Todos los días del año. Cuatro horas y media de espectáculo y algunos días había tres funciones. 8.000 entradas al día. Había actores que dormían allí. Aguantó casi cuatro años y después fue a México.
-¿Ese niño de A es usted?
-Yo podía ser casi todos los personajes que aparecen en la obra. Empecé con cinco años tocando la guitarra. A los doce ya tenía mi primer grupo. Mi padre quería aprender flamenco y recibía clases en casa, como siempre estaba trabajando las tomábamos nosotros. Así empezamos. Mi primer grupo fue con Eduardo Benavente, que luego estuvo en los Pegamoides. Con 16 años me centré con mi hermano y a los 17 tuve mi primer contrato discográfico. Lo firmó mi padre, porque yo era menor de edad.
Bajones y subidones
-¿Cuántas veces se ha reinventado?
-El otro día leí que el hombre nace y muere muchas veces en un día. No sé hasta qué punto tus células tienen que ver con las de hace un minuto.
-No distingue etapas en su vida.
-Todos tenemos bajones y subidones. Yo he padecido bajones que duraban mucho. Unas veces sabes su causa y otras no, esos son de los que más te cuesta salir. Cuando dejas a tu tercera novia ya tienes más training. Ya sabes que el mundo no se te va a caer encima. Todo pasa. Afortunadamente.