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Damien Hirst junto a su obra 'Anatomy of an Angel'. / AP
Sociedad

Damien Hirst reconoce que el arte está demasiado caro

El artista británico vendió recientemente una obra por 118 millones de euros

F. A. / AGENCIAS
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Lejos de las horquillas de precios modestos que se mueven en Cádiz, las noticias sobre el mercado del arte internacional cortan la respiración. En los últimos meses, el nombre del Damien Hirst ha saltado a los titulares. En agosto, el artista británico presentaba a una subasta una de sus obras de forma anónima que se vendió por 380 euros. Cuando se supo que era suya, se revendió en 140.000. La cantidad sigue siendo una ganga si se compara con el récord que batió recientemente en Sotheby's. For The love of God se vendió por 118 millones de euros. La calavera con más de 8.600 diamantes incrustados se convertía en la obra de arte de un artista vivo más cara del mundo. Ahora Hirst reconoce que el arte se ha vuelto demasiado caro en una época de recesión económica como la actual.

En declaraciones que publicó The Independent, Hirst se refiere al hecho de que no se vendiesen hace dos semanas en Nueva York una pintura suya con cuatro calaveras de colores que salió con un precio estimado de 3 millones de dólares (unos 2,3 millones de euros).

La pintura, titulada en inglés Beautiful Artemis Thor Nepture Odin Delusional Sapphic Inspirational Hypnosis Painting, se la compraron a Hirst por la mitad de esa cantidad hace sólo un año, explicó el propio artista, quien añadió que en cierto modo es bueno que se imponga el realismo en el mercado del arte.

«Lo que quiere el artista es que sus cuadros estén colgados en la pared. Un artista no va a dejar en cualquier caso de hacer arte porque la gente deje de comprar», dijo.

El británico a quien se atribuye una fortuna de unos 200 millones de libras (unos 235 millones de euros), agrega que el ajuste en los precios del mercado del arte «es bueno porque se habían vuelto irreales. Uno empezaba a creer que estaba ungido por Dios. Siempre he pensado que el arte vale lo que quieren pagar por él».

«Los compradores se han vuelto más selectivos y más especuladores. Hace cuatro años era posible comprar algo por 60.000 euros. No sería un problema que volviésemos a eso. Todo lo que sube, baja. Es como cuando le preguntaron a John Lennon por qué iba a contarse el pelo y él respondió: ¿Qué va uno a hacer cuando ha crecido tanto?». Hirst, que tiene fama de astucia comercial, afirma que su obra futura se regirá por las leyes del mercado: «Si quiero vender obra nueva, tendré que venderlo por menos. Si la gente tiene menos dinero, uno tiene sólo tres posibilidades: errar la puerta y decir que se fastidien, esperar a que todos puedan permitirse comprar su obra o venderla más barata».