LUCES Y SOMBRAS

Cádiz y la acuicultura

El atún rojo en serio peligro de extinción. Durante estos días los medios de comunicación nos alertan sobre su posible desaparición. La noticia, por desgracia, no se puede decir que sea reciente. Desde hace unos años se alzan voces denunciando la pérdida, casi irreversible, de diversas especies marinas. La codicia de muchos, la ignorancia de otros, los comportamientos irracionales de los que precisamente viven de la pesca, quizás el cambio climático, la contaminación y la incapacidad de los gobiernos para controlar las capturas ilegales provocan el agotamiento de los caladeros tradicionales mientras los nuevos se encuentran cada vez más esquilmados. No se respetan los paros biológicos ni las moratorias establecidas para asegurar la supervivencia de la fauna marina. Ante un panorama tan deprimente no es difícil pensar en un futuro desalentador para el sector pesquero salvo para las actividades relacionadas con el desarrollo de la acuicultura. Y es aquí donde la Bahía de Cádiz tiene algo que decir. Es verdad que la acuicultura no está exenta de problemas, que hay mucho por investigar, pero es un sector con porvenir. Así lo entendió en su día el Ayuntamiento de Cádiz que con la colaboración de otras Administraciones organizó, a finales de los años ochenta, dos certámenes sobre acuicultura. Las dos muestras, acompañadas de unas jornadas técnicas y gastronómicas, constituyeron un éxito de público y de participación empresarial.

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Las exposiciones de acuicultura más importantes de Europa son las de Amsterdam y Verona. Pienso que no es mala idea retomar aquel viejo proyecto y trabajar junto con otras instituciones y representantes del sector para que la Bahía de Cádiz cuente con una muestra de esta naturaleza. La de Cádiz, alternándose con la de Verona -que tiene carácter bianual- podría ser la feria internacional del Sur de Europa. Antes de que sea tarde y de que se nos adelanten otras ciudades sería conveniente empezar a trabajar desde ahora en su preparación. Un acontecimiento como éste no se improvisa y desde luego no se debe dejar escapar porque entre otras cosas puede ser, en muchos aspectos, de gran rentabilidad para la Bahía. Argumentos e instalaciones no nos faltan para convencer de su viabilidad a los más escépticos. La antigua estación reúne las condiciones adecuadas para convertirse en un magnífico recinto ferial.