«Ningún Gobierno ha aplicado la Constitución en su totalidad»

Hace 25 años y tal día como hoy, el 30 de noviembre de 1983, el Consejo de Ministros estableció la celebración del Día de la Constitución el 6 de cada diciembre. Y aprovechando este aniversario habla para nosotros Manuel Fraga Iribarne, en la primera de una serie de entrevistas con los 'padres' de la Carta Magna española de 1978 que irán siendo publicadas en los próximos días para recordar su nacimiento hace tres décadas y su importancia.

Treinta años después de su aprobación en el Parlamento, uno de los padres de la Constitución, Manuel Fraga Iribarne, representante de la entonces Alianza Popular (AP), se lamenta de que ningún Gobierno haya sido capaz de aplicar plenamente el texto. Fraga, hoy senador, echa la vista atrás y asegura que, de haberlo sabido (“aunque lo sospechaba”) habría tomado mayores garantías de que toda ella iba a cumplirse por igual, “porque, por ejemplo, el artículo 155, que es el que permite tomar medidas al Gobierno si una Comunidad Autónoma saca los pies del tiesto, no se ha aplicado ni una sola vez, y por eso el señor Ibarretxe puede estar haciendo todas estas demostraciones de chulería política con una Constitución que no puede ser tratada así”.

Esa es la razón por la que Fraga no quiere oír hablar de reforma. En todo caso, “habría que reformarla para que se cumpla”. El ex ministro de Información y Turismo entre 1962 y 1969, durante la dictadura de Francisco Franco, advierte que lo que se ha revelado hoy en día es que las dudas que se tenían entonces en materia de autonomía “tenían fundamento”. "La prueba la tenemos en el señor Ibarretxe", insiste, "queriendo recurrir a Europa sin fundamento. Ese tema no debió tratarse como se trató”, concluye.

El que fuera presidente del PP recuerda cómo en un principio se intentó que PSOE y UCD, entonces en el Gobierno, fueran las formaciones sobre las que recayera la responsabilidad de elaborar el texto constitucional, “a lo que nosotros nos negamos”. Así, finalmente se dio cabida a nacionalistas, comunistas, y a la propia AP.

“Hicimos todo lo posible por entendernos”, apunta. Y así fue. Las comidas del grupo fuera del Congreso, costumbre que se conservó incluso después de concluida la elaboración de la Constitución, facilitó que entre todos surgiera una amistad que iba más allá de las diferencias políticas de cada cual. Ahora bien, consenso hubo poco, asegura Fraga, porque había una mayoría de UCD (con tres representantes) que tenían un común acuerdo. E insiste: “La Constitución no se ha aplicado en la parte que tiene de restricción de los abusos en materia de autonomía. Además, leyes actuales, como la de Educación, están fuera de la Constitución”.