Una enferma de cáncer denuncia que su cuidadora le ha desvalijado la casa
Asegura que la trabajadora desapareció con los objetos de valor de su piso, su coche y 1.700 euros
Actualizado:Ha perdido el coche, 1.700 euros y los objetos de valor que tenía en su vivienda. «Se lo ha llevado todo», resume Rosa Navarrete (51 años), vecina del Limonar, en Málaga. «Pero, sobre todo, se ha llevado mi confianza». Su cuidadora, que la atendía desde hace dos meses del cáncer que padece, se esfumó de su casa el mismo día que sus pertenencias.
Rosa se levantó esa mañana (el miércoles) sobre las nueve. «Al principio estuve tranquila, porque pensé que se había ido a dar una vuelta con su hija, a la que también acogí en mi domicilio», cuenta la mujer, que sufre un grave tumor desde hace cuatro años, lo que le impide moverse con normalidad o llevar a cabo algunas tareas domésticas. Por eso, decidió buscar a una cuidadora que la ayudara.
A medida que avanzaba la mañana, la víctima fue echando de menos algunos objetos de su casa. Y la cuidadora seguía sin aparecer. «Se llevó el ordenador (de mesa) y el portátil, pese a que sabe la falta que me hace, porque no puedo hacer nada de pie ni salir de casa por mi enfermedad», cuenta.
Dos cargos en el banco
Tampoco estaban su documentación, sus tarjetas de crédito, los 500 euros que sacó del banco... A medianoche se produjo otra evidencia que apunta en la misma dirección; dos cargos en sendos cajeros, uno a las 23.50 y el otro, a las 00.15, de 600 euros cada uno. «Uno de ellos se hizo en el barrio donde ella vivía», dice.
Por quitarle, hasta le han robado un juego de tres toallas que compró recientemente por Internet. «Pensaba quedarme con una, darle otra a mi hija y la tercera a ella, pero ya no están», afirma. Rosa asegura que la cuidadora se ha llevado la ropa y las pertenencias que tenía en su casa. «Se ha dejado un bolso de plástico y me ha quitado uno que me acababa de comprar de Adolfo Domínguez», apostilla. También su coche, un Volkswagen Golf con cinco años, desapareció del garaje. «Ella sabía -añade- dónde estaban las llaves».
Rosa se emociona al pensar en lo que le ha pasado. «Es inhumano robarle a alguien en las circunstancias en las que yo me encuentro». Al menos, dice, la policía se ha tomado muy en serio el caso y lo está investigando a fondo.