Tailandia se asoma a la Guerra Civil al pedir el Gobierno que se desalojen los aeropuertos
La Policía recibe la orden de echar a los opositores que los ocupan
Actualizado:Desde la ciudad de Chiang Mai, su bastión electoral al norte de Tailandia, el Gobierno decretó ayer el estado de emergencia en los dos aeropuertos de Bangkok tomados por miles de partidarios de la oposición. Dicha medida ordena a la Policía «restaurar el orden» y permite a los militares «la suspensión de las libertades civiles, prohibir las reuniones en la calle de más de cinco personas e impedir a los medios de comunicación la difusión de noticias que puedan causar pánico». Todo eso, al menos, en teoría, ya que anoche estaba por ver la reacción del Ejército, cuyo comandante en jefe, Anupong Paochinda, se muestra contrario a emplear la fuerza contra la oposición y ya ha pedido al Gobierno que disuelva el Parlamento y convoque elecciones anticipadas.
En un país como Tailandia, que ha sufrido 17 golpes de Estado desde 1932, dicha «sugerencia» ha avivado los rumores sobre una nueva asonada militar, apoyados además por la orden que el Ejecutivo ha dado a los militares para que permanezcan en sus cuarteles.
Al cierre de esta edición, la noche se presentaba bastante tensa en Bangkok porque los manifestantes atrincherados en los aeropuertos se preparaban para resistir el desalojo policial. La Alianza Popular por la Democracia (APD) anunció que seguirá adelante con su movilización pese al estado de excepción.
Uno de los líderes de la plataforma opositora, Suriyasai Katasila, dijo que se defenderán de la Policía si ésta emplea la fuerza para sacarles de los aeropuertos. «Si quieren desalojarnos que lo intenten», retó Katasila. En caso de que, finalmente, haya un baño de sangre, lo más probable es que el Ejército actúe y acabe protagonizando un nuevo pronunciamiento militar contra el Gobierno para controlar la situación.
Frente a esa amenaza, los seguidores de la coalición gubernamental, agrupados en torno al Partido del Poder Popular (PPP), también han hecho un llamamiento público para movilizar a «no menos de 20.000 personas que hagan frente a la toma de poder por parte de la oposición o del Ejército».
Se acentúa así, aún más, el riesgo de fractura social y aumentan las posibilidades de que se enfrenten en las calles los partidarios de la oposición, ataviados con sus características camisetas amarillas en señal de respeto al venerado rey Bhumibol, con los progubernamentales, vestidos de rojo.
Desde mayo, la APD intenta derribar al Ejecutivo elegido en los comicios celebrados en diciembre del año pasado. La oposición, partidaria del rey Bhumibol Adulyadej y apoyada por la oligarquía del país y la clase media urbana, denuncia que el Gobierno sigue dirigido por el ex primer ministro Thaksin Shinawatra.
Este magnate de las telecomunicaciones, cuñado del actual jefe del Gobierno, fue depuesto en un golpe de Estado incruento en septiembre de 2006 y acaba de ser condenado por corrupción tras huir del país en verano. Aunque su formación, el partido Thai Rak Thai (Los tailandeses aman lo tailandés), fue disuelto por el Tribunal Constitucional por violar las leyes electorales, sus seguidores formaron el Partido del Poder Popular (PPP) y volvieron a ganar en los comicios de 2007 tras un año bajo el mando de una Junta militar.