Cultura

Películas «desdichadas»

Sostiene Marsé que el cine ha dejado de ser un arte popular: «La incultura cinematográfica es enorme». Criado en salas de barrio que ya son historia, el escritor era tan cinéfilo que rompió su reticencia a tratar con famosos para, invitado por Semprún, estrechar la mano de Yves Montand. «Era lo más cerca que iba a estar en mi vida de tocar las partes pudendas de Marilyn Monroe...». Sus numerosas adaptaciones no han resultado afortunadas. «Todas las películas son muy malas, es inútil que hayan sido fieles al texto original», zanja el autor, que en su próxima novela «ajustará cuentas» con sus directores.

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Ni Vicente Aranda, su adaptador oficial, se salva de la quema. Canciones de amor en Lolita's Club naufragaba en su intento de capturar la atmósfera morbosa que flotaba en los fotogramas de La muchacha de las bragas de oro y El amante bilingüe. A Marsé no le disgusta tanto Si te dicen que caí, que al menos refleja la sordidez de la postguerra, retratada en El embrujo de Shanghai con fugas hacia el territorio de lo soñado; nunca sabremos qué hubiera hecho Víctor Erice con el guión que finalmente perteneció a Fernando Trueba. En cuanto a La oscura historia de la prima Montse y Últimas tardes con Teresa, el novelista las considera «desdichadas, puros cromos».