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Aguirre saluda, ayer, al presidente del Estado de Karnataka. / EFE
ESPAÑA

«Las balas silbaban por encima de mi cabeza»

Su batería se agotaba por momentos. Desde España eran cada vez más las llamadas que recibía para interesarse por su estado. A los pocos minutos de comenzar los ataques pudo hablar con el vicepresidente regional, Ignacio González, al que relató lo sucedido. «Ha sido un susto tremendo. Las balas silbaban por encima de mi cabeza», le comentó.

M. OLIVER
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Su teléfono no dejaba de sonar. Y a todo el que pudo le decía lo mismo: «Estamos bien, estamos bien... Decídselo a todos». Pronto su teléfono no dio para más, pero fue su jefe de Gabinete quien desde otro móvil dio la última buena noticia: «Cogemos el avión en dirección a Zurich».

Esperanza Aguirre no puede negar que tiene una «buena estrella» que la ha salvado de más de una. No es la primera vez que la presidenta madrileña está a punto de perder la vida.

En la mañana del 1 de diciembre de 2005 nada hacía presagiar lo que ocurriría en la plaza de toros mostoleña. Esperanza Aguirre, junto con Mariano Rajoy, el alcalde de la localidad, Esteban Parro, y un cámara de televisión subieron a un helicópteros de las Brigadas de Seguridad de la Comunidad de Madrid para realizar un vuelo por Móstoles. Pero cuando la aeronave acababa de rebasar la altura de la plaza de toros, unos 10 metros, se vino abajo. La contundencia del golpe hizo creer lo peor. Pero ninguno de los accidentados sufrió apenas heridas.