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Aguirre sale ilesa de una cadena de atentados que deja 80 muertos en Bombay
La presidenta de Madrid se registraba en el hotel Oberoi cuando fue atacado
Actualizado: GuardarLa presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, salió ayer ilesa de la ola de atentados que asoló Bombay y que se cobró la vida de 80 personas, mientras que otras 190 resultaron heridas. Los ataques, un total de nueve, se localizaron en varios hoteles de lujo, restaurantes y una estación de ferrocarril. Aguirre, de visita oficial por la India, había llegado poco antes a esta ciudad, procedente de Bangalore, tras entrevistarse con el presidente del estado de Karnataka, Shri B. S. Yeddyurappa.
El primer atentado sorprendió a la presidenta madrileña y al resto de la delegación española en el hall del Hotel Oberoy. Eran las nueve y media de la noche, hora local. La presidenta estaba entregando el pasaporte en recepción cuando, según los testigos, dos hombres entraron en el hotel armados con ametralladoras y granadas y comenzaron a disparar de forma indiscriminada. A partir de ahí, el caos y la confusión. La delegación madrileña se dividió en varios grupos en el momento del tiroteo.
La presidenta regional, así como su jefe de Gabinete, Regino García-Badell, corrieron a esconderse en uno de los sótanos del hotel. Otros miembros de la delegación optaron por salir y buscar el refugio de la calle. Sin embargo, al salir se encontraron con la realidad: Bombay estaba sufriendo una cadena de atentados. «Las escenas eran de película de terror; gente saliendo en estampida de los hoteles y gritando sin saber dónde ir», comentaron testigos presenciales.
Refugiados en el malecón
Gran parte de la delegación madrileña se resguardó en el malecón del paseo marítimo, que se encuentra a poca distancia del hotel. Ahí, detrás de las rocas, aguardaron agazapados a que concluyeran los ataques. Explosiones y disparos se sucedían, sin que la Policía pudiera controlar la situación. «Durante los primeros momentos del ataque, cada uno se buscó la vida y protegió como pudo. Esperanza Aguirre, también». La presidenta consiguió salir del hotel, pero durante un tiempo permaneció desaparecida para el resto de la delegación. Mientras la gran mayoría se encontraba a refugio en el malecón, Aguirre salió del hotel con su equipo de seguridad. Sus instrucciones no podían ser más claras. «Que nos lleve donde sea, pero hay que irse de aquí».
Nada más conocer la noticia, la presidenta de la Comunidad de Madrid recibió llamadas del Rey y Rajoy. «Estamos bien, estamos bien... Decídselo a todo el mundo», repetía la presidenta, que, tras salir del hotel y refugiarse en otro edificio, logró hacerse con un vehículo para intentar llegar al aeropuerto. Sin embargo, había un problema: las carreteras estaban cortadas. La pericia del chófer, «que dio todas las vueltas que pudo y más», según el vicepresidente regional, Ignacio González, permitió que la dirigente madrileña alcanzara el aeropuerto. Nada más llegar, cogió el primer avión que salía en dirección a Europa. Así, al filo de las nueve de la noche, hora española, logró despegar de Bombay en dirección a Zurich con una pequeña representación de su equipo.
El resto permaneció varias horas retenido por la Policía en el malecón de Bombay por motivos de seguridad. Allí, junto al paseo marítimo, se encontraban los presidentes de la Cámara de Comercio de Madrid y de CEIM, Salvador Santos Campano y Arturo Fernández. Este último quiso realizar un llamamiento de tranquilidad: «Estamos bien, pero Bombay está lleno de bombas», un mensaje que repitió el eurodiputado de CiU Ignasi Guardans, que también se hallaba en Bombay.