Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
LOS LUGARES MARCADOS

Te amo, Je t'aime, etc.

Tengo en casa uno de esos diccionarios multilingües ideados para viajar por países cuya lengua desconocemos sin morirnos de hambre, sed o desesperación. En este sencillo manual se enseñan frases tan elementales y necesarias como «¿Dónde está el cuarto de baño? ¿Y el lavabo?», «¿Cuánto cuesta esto?» o «Deseo repostar gasolina». También proporciona un amplio vocabulario culinario, que comprende desde los nombres de todos los pescados imaginables (incluidas la langosta y el bogavante, ¿toma ya crisis!), a los de las frutas más exóticas, como guayabas y zapotes (¿qué son zapotes?, me pregunto cariacontecida), además de los términos que remiten a los modos de preparación: estofado, rebozado, fermentado, con salsa mayonesa... De la lectura de este librito deduzco que uno puede andar por el mundo comiendo, comprando y haciendo sus necesidades fisiológicas (mayores y menores) en todos los idiomas, con sólo un golpe de diccionario. Lo cual me tranquiliza una barbaridad, no crean.

JOSEFA PARRA
Actualizado:

Sin embargo, en esta utilísima guía idiomática no se recoge una sola palabra que pueda servirme para expresar mis sentimientos, mi admiración, o mi pena. Por ejemplo, no explica cómo se dice «esta puesta de sol es maravillosa», o «echo en falta a mi familia». Ni muchísimo menos enseña cómo decir «te amo», «te deseo», «qué ojos tan grandes tienes» o «nunca te olvidaré». Siguiendo sus instrucciones, deberíamos recorrer el mundo sin enamorarnos, sin sorprendernos y sin coquetear. Sin esos tres alicientes, pierden mucho los viajes. Me cuestiono si merecerá la pena arrastrar la maleta y los huesos por aeropuertos infames, dormir en camas incómodas y desconocidas, comer platos sospechosos, beber aguas con papeleta segura para la gastroenteritis... ¿No saldrá más a cuenta comprar otro diccionario?