Magín
Actualizado: GuardarHa llevado a Barack Obama a la presidencia en su última cobertura americana, que inició nada más aterrizar allí hace casi una década con la muerte de John-John Kennedy al estrellarse su avión cerca de Martha?s Vineyard. Magín Revillo ha cubierto todo el arco americano, que ahora abandona, con total dedicación, con olfato periodístico y maestría radiofónica. Los hay que nacen para ello, como Magín. Para ser periodista todo el rato, por gen familiar. Para ser un hombre de radio, por verbo y voz y por dedicación a la intensidad del minuto en vivo y en directo que tan bien ha dominado desde siempre.
Conozco a Magín desde sus primeros pinitos periodísticos en Radio Nacional de España, como reportero para todo en medio del bombón informativo que supuso la Transición. Fue el único micrófono suelto en los funerales de los abogados de Atocha, cuando la radio oficial nos prohibía todavía hacer esos seguimientos. Y el primero en entrevistar a La Pasionaria que ya compraba billete de regreso a Madrid, para ver su grabación secuestrada en cuanto colgó el teléfono del estudio.
Todo el sonido de la Transición -vivida más intensa y más tempranamente en la radio que en la televisión pública y única- se registró en el programa Siete días que tanto trabajo y alegrías nos proporcionó. También en 'Diario 16' y otros medios Magín exploró la vida a través del oficio. Y llegarían los magazines de radio y la televisión, con El pantallazo de Telemadrid en el que el debate televisivo de los años 90 tomó otra dimensión. Hecha la aventura americana, Magín deja ahora el micro de la emisora en la que creció y a la que entregó todo su talento. Periodista de cuerpo entero, con aterciopelada voz de trueno, Revillo tiene mucha cuerda en su reloj de reportero, que buscará otra historia que supere la de la campaña de 2008 en la que sentó a Obama en la Casa Blanca.