El futuro es democrático
Pocos días antes de las elecciones regionales y municipales, un Hugo Chávez amenazante y muy seguro de sí mismo proclamó que si perdía al menos tres de las gobernaciones en liza supondría «una derrota para el Gobierno Nacional». Y eso ha ocurrido. La oposición no sólo se ha hecho con cinco gobernaciones, tres más que en el período anterior, sino también con las alcaldías de las principales ciudades de Venezuela. El control de las capitales provinciales será decisivo para comprobar el peso electoral y político tanto del gobierno chavista como de la oposición democrática.
Actualizado:De acuerdo con las cifras provisionales, la oposición ha obtenido un buen escrutinio, mejorando algunas de sus expectativas. Ha aumentado sensiblemente sus posiciones, ha consolidado el resultado del referéndum del pasado mes de diciembre contrario a la reforma constitucional de Chávez, ha visto la emergencia de nuevos líderes y ha demostrado que de cara al futuro la mejor apuesta por la alternancia pasa por la democracia. Éste debía ser el sentir del líder bolivariano cuando en la madrugada de ayer dijo que el oficialista Partido Socialista Unificado de Venezuela había ganado en más estados que la oposición y que Venezuela seguía siendo «roja, rojita». Sin embargo, y a diferencia de ocasiones anteriores, su vozarrón sonó menos contundente. Quizá por tener presente la magnitud de los resultados propios y ajenos y quizá, también, porque la fiesta del derroche se acabó. Si el precio del petróleo continúa durante un tiempo prolongado en los niveles actuales, algo que nadie sabe, la época del gasto indiscriminado y de los programas sociales sin límite ni control podría convertirse en una reliquia del pasado.
Se trata de un factor que tendería a igualar las posibilidades futuras de la oposición, que en esta ocasión, como en tantas anteriores, se vio abocada a una lucha desigual, ya que el Gobierno contaba con un acceso ilimitado a los medios y disponía de una infinidad de recursos, algo fuera del alcance del común de los mortales. Este panorama abre un futuro de trabajo arduo para los grupos opositores, mucho más arduo si buscan desalojar por las urnas a su actual titular. Pero a la vez, esta elección ha demostrado el camino a recorrer para conquistar la democracia venezolana.