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El primer adolescente en el banquillo

El juzgado de Menores de Cádiz sólo ha celebrado un juicio por este delito; es un chico con antecedentes que rompe la norma

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Sería muy difícil saber quién fue la primera persona juzgada en Cádiz por cometer un robo o el primer adolescente que fue enjuiciado por una riña juvenil. Todo lo contrario si lo que se trata de saber qué adolescente se ha sometido al dictamen del juez de Menores de la capital por haber sido sorprendido circulando en un ciclomotor sin tener la licencia y sin tener infractores que le precedieran.

Hasta la fecha, el magistrado Enrique Ramírez Manchón, que imparte justicia desde los juzgados de la calle San Francisco, sólo ha celebrado un único juicio por este nuevo tipo incluido en el Código Penal. «En la mayoría de los casos, el equipo de psicólogos y especialistas recomiendan el archivo del expediente sin adoptar ninguna medida porque las circunstancias sociales del menor no indican riesgo de que vayan a reincidir», explica el juez. Sin una acusación del Ministerio Público, al titular del juzgado de Menores de Cádiz sólo le queda cerrar las actuaciones sin más.

Ése no fue el caso de un joven de la capital que ha sido el primero en inaugurar la carpeta de los procedimientos llevados a juicio por este motivo. Sus circunstancias rompen la norma general, de ahí que haya sido también el único que, por ahora, se ha tenido que someter a un juicio. Antes de ser detenido por circular sin permiso, se encontraba cumpliendo una medida de internamiento en el centro de menores de la Marchenilla, en Algeciras. Hasta allí recaló por trapichear con drogas. Su evolución era positiva conforme pasaba el tiempo por lo que se aprobó una modificación de su situación y regresó a la calle pero con el condicionante de estar en libertad vigilada. A los pocos días fue detenido en Cádiz por la Policía, iba en un ciclomotor sin tener la licencia pertinente. Ese delito lo devolvió ante la presencia del juez, que acordó la realización de trabajos en beneficios a la comunidad.

Control de impulsos

En Algeciras las medidas más comunes que se están imponiendo, según explicó la fiscal coordinadora Inmaculada Budiño, es la realización de talleres por periodos de entre dos y cuatro meses, que inciden en la educación vial y «uno que está teniendo mucho éxito de control de impulsos». En este segundo los chicos aprenden a desarrollar mecanismos de autocontrol que les frenen cuando están a punto de cometer un delito.

También están reservadas medidas como la libertad vigilada o la prohibición de sacarse el carné durante un periodo de tiempo e incluso el internamiento en los casos más graves donde se mezcla la reincidencia con otros delitos en un mismo hecho.