La oposición venezolana amarga los comicios regionales a Chávez, que se queda con los estados rurales
El oficialismo se impone en 17 de los 22 estados, pero pierde Caracas, Miranda y Zulia
CARACASActualizado:El presidente venezolano, Hugo Chávez, ha obtenido una victoria agridulce en las elecciones regionales, con sus candidatos triunfando en la mayoría de los estados pero con la oposición ganando algunas plazas clave, los dos principales estados del país, que podrían obstaculizar su proyecto socialista.
Aunque el oficialismo ha vencido en al menos 17 de las 22 gobernaciones en juego en una jornada con una participación histórica, la oposición ha ratificado su control sobre dos baluartes y ha ganado el poder en el populoso estado de Miranda, manejado por un estrecho aliado de Chávez, y en la alcaldía mayor de Caracas.
El mandatario había convertido los comicios para gobernadores y alcaldes en un referéndum sobre su liderazgo al afirmar que estaba en cuestión el futuro de su "revolución socialista". El nuevo mapa político en uno de los mayores exportadores de crudo del mundo, que deja nuevamente en manos de la oposición al occidental estado petrolero de Zulia, podría suponer un obstáculo al proyecto de Chávez de reformar la Constitución para permitir su reelección indefinida.
La victoria de la oposición en las ciudades y el triunfo del oficialismo en los estados rurales no va a provocar cambios en la política de Chávez. El mandatario se ha quedado con que el oficialismo ganó ampliamente los comicios, como apuntaba en un mesurado discurso ante periodistas, ha asegurado que no variará el rumbo de su Gobierno. "Se ratifica el camino de la construcción del socialismo bolivariano de nuestro proyecto histórico en Venezuela y ahora nos encargaremos de profundizarlo, de extenderlo", resaltó, al tiempo que insistía en la necesidad de una autocrítica entre sus filas.
Para los analistas, las victorias logradas por la oposición son relevantes. "El resultado fue sensacional para la oposición. Ganar Caracas y Miranda les da motivos para celebrar y deja a Chávez con un hueso duro de roer para vender la idea de que su fuerza es incontestable", ha explicado Luis Vicente León, director de la empresa de encuestas Datanálisis.
Los adversarios del mandatario, dispersos en varios partidos políticos centristas y sin un líder nacional, también retuvieron el estado de Nueva Esparta, conocido por la turística isla de Margarita. Por contra, Chávez mantuvo la mayoría de sus bastiones, como su estado natal Barinas y el petrolero Anzoátegui, al tiempo que recuperó dos gobernaciones que estaban en manos de disidentes del oficialismo. El Consejo Nacional Electoral aún debe emitir el resultado de dos plazas estratégicas: la industrial Carabobo y Táchira, en la frontera con Colombia. Sin embargo, la oposición reclama la victoria en la primera.
Desafios por delante
En diciembre pasado, Chávez perdió en las urnas por primera vez desde que asumió el cargo en 1999, cuando la población le dio la espalda a su reforma constitucional en un referéndum. Tras su derrota, el mandatario, de 54 años, había prometido a la población focalizarse en los problemas domésticos, disminuyendo sus habituales viajes al exterior en los que trata de sumar apoyos a su campaña antiWashington.
Pero, un año después, el alto coste de la vida con la inflación rondando el 25%, la falta de seguridad, un enorme déficit habitacional y las carencias del Estado para dar los servicios básicos parecen haberle pasado factura al líder socialista, pese a que su popularidad supera el 50%.
Ahora, una menor base de apoyo político sumada a los incipientes problemas económicos que podrían profundizarse por la fuerte caída de los precios del crudo constituyen un escenario desafiante para Chávez, cuyo mandato expira en 2013.
Unos 16,9 millones de venezolanos estaban habilitados para elegir a 22 gobernadores en un país que es uno de los principales socios de la OPEP, además de centenares de alcaldes y cargos locales. Miles de personas sufragaron hasta altas horas de la noche debido a que la legislación local impide cerrar los centros de votación si se sigue presentando gente dispuesta a votar. La participación llegó a un 65,5% del electorado, marcando un récord para unas regionales en Venezuela.