El PP rompe lazos con la FAES de Aznar ante su derechización y deriva neoliberal
Dirigentes cercanos a Rajoy dicen que debe crear la Fundación Popular, pero otros creen que tendría que imponerse a sus actuales responsables
Actualizado:Las elecciones del 9 de marzo sentenciaron el divorcio entre la dirección del PP y su fundación de referencia. La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) fue creada a imagen y semejanza de José María Aznar, pensada para defender su legado y servir de soporte ideológico al PP. Pero su sucesor al frente del partido, Mariano Rajoy, tiene otros planes, no se identifica con el rumbo de la fundación y bebe de otras fuentes. Mientras la dirección popular viaja hacia nuevas singladuras y territorios más templados en la búsqueda de un proyecto político social y centrista, el equipo de Aznar reorienta el trabajo de FAES hacia las ideas neoliberales, sin importar que estén en declive o entren en contradicción con el partido.
Ni Aznar ni FAES tienen que presentarse a las elecciones y evolucionan con un discurso ideológico a su aire. Los directivos de la fundación defienden su autonomía y señalan que su trabajo es abrir el debate mientras que el PP debe adaptar después esos mensajes a sus necesidades políticas. Pero lo cierto es que los colaboradores de la fundación son tan autónomos que no sólo defienden ideas que gravitan sobre unos planteamientos políticos distintos de los del partido sino que, en algunos casos, llegan a criticar la política de oposición que lidera Rajoy.
Al considerar que la fundación se encierra en sí misma y se derechiza, el PP también va a su aire, prescinde de sus informes y sólo el grupo parlamentario se nutre de los debates que organiza, y que suponen la percepción de dietas por valor de 150 euros por asistente. Son los diputados -en especial, los portavoces de área- los que participan en los seminarios a fin de disponer de referencias para sus intervenciones parlamentarias.
Línea caliente
Pero Rajoy bebe en otras fuentes. El gabinete del presidente del PP se alimenta de las propuestas de asesores internos y externos, y no puede decirse que exista una línea caliente entre Génova y FAES. Más bien al contrario. Ha desaparecido la estrecha relación que existió en la precampaña electoral, en la que el secretario general de la Fundación, Jaime García Legaz, puso toda la organización al servicio del candidato.
Las fuentes consultadas de una y otra parte admiten que todo cambió desde la noche electoral. Desde aquellas 48 horas de soledad de Rajoy, en las que se vio acosado por el sector más radical de su partido, y que sus allegados identifican con las cercanías de Aznar, Esperanza Aguirre y la FAES. El divorcio entre ambos equipos se consumó a medida que Aznar divergía con descaro de las posiciones del presidente del PP, escuchaba las quejas de sus detractores y Aguirre iniciaba su ofensiva a favor de un liberalismo «sin complejos» ni «relativismo moral».
El artículo publicado en el diario El País por el diputado José María Lasalle -exponente de la nueva generación que ampara Rajoy, del que es uno de sus más estrechos asesores-, y en el que cuestionaba los planteamientos neoconservadores y definía su concepto del nuevo liberalismo, fue el punto de inflexión de la ruptura entre los dos equipos.
Desde la FAES reivindican su independencia de criterio y explican que su debate ideológico no tiene por qué estar sujeto a los intereses del PP. Una fundación, afirman, «no tiene por qué tener un programa político». «Rajoy es el que mejor entiende esto de todos los que le rodean», explica un miembro de la Fundación que detecta «reticencia» y «desconfianza» en el partido.
Desde la dirección popular la hostilidad es manifiesta, así como las quejas sobre la orientación del trabajo de FAES y la actitud de los responsables de la Fundación. Los nuevos directivos del partido denuncian una parálisis e incluso el retroceso en la ideología de la fundación de Aznar. No son pocas las quejas por la actitud crítica que mantienen en público miembros del equipo del ex presidente que trabajan en FAES.
Financiación
Tanto es así, que en el PP aumenta el número de partidarios de que Rajoy tome cartas en el asunto y recuerdan que la Fundación recibe financiación pública en función del porcentaje de votos que tiene el partido. Algunos creen que debe desentenderse de la FAES y crear la Fundación Popular, mientras otros sostienen que tendría que ejercer su influencia sobre la Fundación y destituir a sus actuales responsables.
Pero unos y otros saben que el líder del partido no se enfrentará a Aznar ni promoverá un conflicto a cuenta de este asunto y sospechan que seguirá distanciándose de la fundación.
«FAES ha sufrido una involución ortodoxa y parece que tiene miedo a ventilarse», opina un dirigente del PP que ve al organismo que preside Aznar girando sobre sí mismo sin capacidad para abrirse a la realidad o a nuevas sensibilidades de la sociedad civil, uno de los objetivos para los que se creó.
Porque este centro del pensamiento político e ideológico fue diseñado por el equipo de Aznar desde que estaba en el palacio de La Moncloa en 2002 con vistas a convertirse en su futuro destino. En la constitución del nuevo patronato de la fundación, el 11 de noviembre de aquel año, el presidente dijo a sus patronos que la FAES nacía con la vocación de reivindicar el liberalismo, la concepción de la política desde el centro y en contra de las ideas conservadoras. «Hay que evitar el conservadurismo», proclamó solemne Aznar en aquella ocasión.