Blanco Rosales se proclama ganador de la quinta edición de la Subida a Castellar
El vigente campeón de Andalucía, Gabriel Pastor, culminó la carrera en segunda posición
Actualizado:Como era de esperar, la tradicional Subida a Castellar no defraudó a los numerosos aficionados al mundo del rally que ayer se dieron cita en la sierra gaditana. Al contrario que el pasado año, en el que la lluvia marcó la prueba, el tiempo acompañó y contribuyó a convertir las carreteras serranas en una auténtica fiesta automovilística.
Para sorpresa de todos, el piloto José Blanco Rosales se proclamó ganador absoluto de la prueba. Las buenas marcas registradas en la jornada previa ya dieron pistas muy evidentes de las posibilidades de Blanco Rosales, pero nadie esperaba ver triunfar a un corredor que siempre se ha mantenido alejado de los podios.
Blanco Rosales consiguió imponerse al claro favorito de la afición: el vigente campeón de Andalucía, Gabriel Pastor, que quedó segundo en la tabla y también firmó una carrera espectacular.
También destacaron las actuaciones del piloto hispalense Francisco Jiménez y del gaditano Ángel Roldán, que culminaron el recorrido en tercero y décimo lugar, respectivamente. En el lado negativo de la balanza se encuentra Francisco Ollero, que acostumbrado al éxito cerró la carrera en novena posición tras una pobre intervención.
La Subida a Castellar volvió a hacer gala de las características pendientes que hacen que la prueba permanezca como la más lenta del circuito de rallies español. «Las pendientes obligan a los pilotos a circular a velocidades mucho más bajas y a marchas mucho más cortas que las habituales, dejando imágenes de gran belleza», explicaba ayer Nuria Sánchez, representante de la entidad organizadora del evento, Escudería Sur.
Los 44 participantes inscritos tardaron apenas media hora en completar las dos mangas de tres kilómetros que cerraron el torneo.
Enorme susto
La salida del piloto Francisco Pérez a la altura de la curva final durante la conclusión de la segunda manga se saldó con un gran susto entre los aficionados. Afortunadamente, en el momento del accidente, el punto kilométrico se encontraba despejado de espectadores.
A pesar de la aparatosidad del choque, el piloto pudo abandonar su coche por su propio pie.