BILLETE DE IDA Y VUELTA. Ana María y Mari Luz han regresado de Mallorca, pero se han topado con una dura realidad. / CRISTÓBAL
Jerez

Regreso al exilio forzoso

Las hermanas Ana María y Mari Luz se han encontrado con un panorama desolador al volver de Mallorca. Una de ellas, en paro, ya piensa en retornar

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Cuando Mari Luz y Ana María Díez han vuelto de su exilio, se han encontrado con algo que les hubiera parecido imposible cuando se fueron: una ciudad más castigada todavía por la lacra del paro. Casi 25.000 parados en un municipio atormentado por la crisis financiera mundial y el deterioro de la construcción es un motivo más que suficiente para meditar ya la posibilidad de regresar a Palma de Mallorca. Una tierra «menos alegre», coinciden las dos hermanas; pero más acogedora económicamente. «¿Qué pasa en Jerez, que ya no queda sitio para nadie que quiera trabajar?», se preguntan.

Mientras les hago un pequeño esbozo de la negativa situación que vive el mundo, y cuando estoy a punto de llegar a la palabra recesión tras mencionar desaceleración, crisis y boom de la construcción, sin olvidar la excesiva dependencia del sector servicios y la falta de industrialización en Jerez, Mari Luz me da un baño de realidad: «Yo cobro una pensión de 470 euros por enfermedad, ya que quiero trabajar con 40 años pero no puedo por mis males. Mi marido está en el paro y, como está la cosa, por muchos currículos que echa no lo cogen en ningún lado. Mi hijo de 17 años, que está trabajando, nos tiene que ayudar. Como solicité una vivienda protegida y me la denegaron, pues me tuve que meter en un piso por el que tuve que dar una entrada de 13 millones de pesetas y pago 535 euros de hipoteca».

De vuelta a la realidad

Éstas son las verdaderas cifras del paro, una realidad tangible y no abstracta. A quien suscribe estas líneas, tras tomar buena nota de la historia de Mari Luz, no le salen los cálculos. La protagonista del relato, que ha trabajado de camarera de piso durante 13 años en Palma de Mallorca y se tuvo que volver a causa de una enfermedad que le impedía seguir ejerciendo, tiene que hacer auténticos malabares todos los meses para que le cuadren los números de la economía doméstica. No la quise asustar más con aquello de la recesión y dos años bastante malos por delante, antes de que la curva de la economía española comience a remontar.

«No es que me guste aquello, aunque la gente de allí sea muy educada -dice en referencia a Palma de Mallorca-, pero me habría quedado allí con mi familia sin dudarlo. Si nos hemos vuelto, es porque yo no podía seguir trabajando». Mari Luz recuerda que se fue con su marido, actualmente en situación de desempleo, y uno de sus dos hijos, ya que al otro lo concibió allí.

Su hermana Ana María Díez se marchó hace ya quince años a Palma de Mallorca, «allá por el año 94», y ha retornado a su ciudad natal hace tan sólo unos días: «Me fui porque no había trabajo, también de camarera de piso, y dejando a mis hijos en Jerez, lo que ha sido lo más duro de todos estos años», asegura.

«Al volver a Jerez -prosigue- la gente sólo dice que aquí no hay trabajo y yo pienso: ¿Madre mía! Cuando van pasando los días, me doy cuenta de que en esta ciudad no hay movimiento; cuando yo me fui, al menos había algo».

Ana María ya incluso piensa en regresar a Palma, aunque esté condenada «a echar de menos a mis hijos».

Críticas

Tanto ella como su hermana dan un repaso a los gobernantes locales, tanto a los que estaban cuando se fueron como a los que se han encontrado ahora: «El Ayuntamiento de Jerez nunca ha hecho nada por nosotros, por la gente que estamos fuera; mucho prometer, pero a la hora de verdad, ha sido más bien al contrario: nos han puesto incluso dificultades», sentencia Ana María. En este sentido, se queja «de que ayuden más a la gente de fuera que a la de aquí: a mi hermana no le dieron el piso, pero conozco un caso en que un mallorquín lo solicitó y sí se lo dieron aquí en Jerez».

En cuanto a las preferencias políticas, Mari Luz dice que «yo prefería a Pacheco que a Pilar Sánchez, ya que ha hecho muchas cosas por Jerez».

eesteban@lavozdigital.es