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EL MUÑIDOR

Documento para conocer a las cofradías

RAFAEL JORGE RACERO Licenciado en Historia
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la hora de intentar investigar o averiguar el origen y evolución de nuestras hermandades y cofradías nos tenemos que remitir a lo que nuestros antepasados nos dejaron escrito. Tenemos que escudriñar desde la bibliografía existente hasta los fondos documentales de nuestras cofradías. Sin olvidar el fondo de los archivos que poseemos tanto en nuestra Diócesis cómo en el Archivo Municipal de la ciudad. Dentro de la variada y extensa documentación que podemos encontrar en el Archivo Municipal existen una serie de documentos que el gran archivero Agustín Muñoz transcribió para su mejor conservación. La temática es variada, pero se encuentran aspectos relacionados con hermandades y cofradías existentes y desaparecidas.Uno de estos manuscritos, que se pueden localizar en este Archivo dentro de la sección de Histórico Reservado Cajón 4, informa sobre la Reducción de Hospitales que se acomete en España por Real Orden de Felipe II en 1589, y de cómo en Jerez se termina con la creación del Hospital de la Candelaria con la figura de Juan Pecador. De las diferentes noticias de la formación del hospital de Juan Pecador en los Llanos de San Sebastián destacan principalmente las declaraciones de los hermanos mayores o patronos de los diferentes hospitales y hermandades hospitalarias que iban a ser eliminadas. En estas declaraciones encontramos información sobre fundadores, años de existencia, patrimonio, propiedades, enseres, etc. Se podría pensar que dichos datos puede no interesar a las personas que gusten de estudiar a nuestras hermandades, pero si se continua la lectura encontramos la información que recapituló Juan Pecador sobre las Hermandades y Cofradías del Jerez de fines del XV. Muy variada si me permiten. Ya que existen datos de hermandades que hoy continúan como de aquellas que han desaparecido, o han variado, incluso de aquellas que por no peder estatus al ser reducidas intentaron pasar de corporaciones hospitalarias a penitenciales. Este último caso fue muy común pero no siempre dio los resultados que esperaban sus protectores. De las diferentes hermandades de penitencia que se pueden observar dentro del manuscrito podemos destacar algunas que han sobrevivido al paso del tiempo, no quiere decir que algunas de las que no aparecen no existiesen sino que no formaron parte de dicha reducción, tal vez por no hallarse ubicadas en hospitales o por carecer vinculación hospitalaria. Así podemos ver hermandades como la del Rosario de Santo Domingo, San Bartolomé, Dulce Nombre de Jesús, Soledad, Vera-Cruz, la de las Cinco Llagas, o La Piedad. Otro aspecto que puede llamarnos la atención es la documentación tan variada que presentaba los patronos de estas entidades. Así abarca desde el número de documentos que se presentaban hasta la simple memoria del encuestado para informar de algún asunto. Llama la atención, dentro de la información aportada, la intención de demostrar la antigüedad de cada corporación así como las diferentes propiedades que pudiesen poseer. Algo interesante, en estos tiempos de crisis, es el reflejo de la situación económica de algunas de ellas.