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ILUSIÓN. Iván Guerrero será uno de los principales argumentos ofensivos de los isleños. / LA VOZ
SAN FERNANDO

A aprobar en la reválida

El equipo isleño regresa a Cuenca dos temporadas después con el objetivo de romper su mala racha de resultados y saldar una cuenta con el pasado

DANIEL ANELO
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Caprichos del destino, el San Fernando tendrá que volver a pisar el escenario en el que hace dos temporadas cayó eliminado de la fase de ascenso a Segunda B. Pero en esta ocasión lo hará en una situación bien distinta a la de aquel diez de junio de 2007.

La Fuensanta de Cuenca será de nuevo testigo de excepción de un encuentro que medirá a dos equipos con características similares y que se encuentran igualados a puntos en la clasificación.

Los hombres de Antonio Iriondo tratarán de romper la mala racha de resultados y conseguir una victoria que no se produce desde el pasado 5 de octubre ante el Polideportivo Ejido.

Sin duda, lo más significativo en el cuadro azulino es la ausencia del jerezano Castillo en el lateral derecho, uno de los pesos pesados en el esquema del técnico vasco que tendrá que parar esta semana al estar sancionado por acumulación de amonestaciones. Su lugar lo ocupará Regino, una posición en la que ya ha jugado en anteriores ocasiones y en la que ha ofrecido muy buenos resultados. Igualmente significativo es el retorno de Puli, que tiene todas las papeletas para volver al once inicial tras las últimas semanas en las que ha bajado el ritmo a cuenta de sus molestias en el pubis. El delantero ya disfrutó de algo más de un cuarto de hora en el derbi ante el Portuense y el entrenador quiere tenerle de su lado lo antes posible porque lo necesita.

En el bando local, la gran ausencia es la de Neftalí en el centro del campo, lo que ha provocado que Antonio Cazalilla -continúa en el banquillo del Conquense desde aquella fase de ascenso- haya tenido que variar sus esquemas.

Tarde de recuerdos en tierras manchegas, donde el conjunto azulino espera recuperar su mejor versión y conseguir un resultado que devuelva la alegría a su parroquia, últimamente muy castigada.