Ciudadanos

Absuelven a un inmigrante apresado desde hace un año por un alijo de drogas

Es inocente. Así lo ha considerado la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial, que ha absuelto a un inmigrante clandestino de un delito contra la salud pública del que le venían acusando desde hace un año. Este ciudadano marroquí de 32 años, procedente de Tánger, ya puede respirar tranquilo, pese a que ha vivido un doble drama: haberse jugado la vida en el Estrecho para entrar en España y haber estado casi un año en prisión preventiva porque en la embarcación en la que viajó también la utilizaron los traficantes para tratar de introducir, sin éxito, una tonelada y media de hachís.

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El pasado 15 de octubre se celebró el juicio en la Audiencia por un alijo que fue intervenido por la Guardia Civil en la madrugada del 5 de noviembre del año pasado en la playa Pista Nueva de Conil. Además del inmigrante que salió absuelto, también fue procesado Mohamed Lhecho, quien reconoció tanto en la fase de instrucción como en la vista oral haber aceptado participar en un transporte de droga que partió de Asilah. Le habían prometido un 'sueldo' de 8.000 euros por los servicios. Con él iban en la neumática -de siete metros de eslora- otras tres personas que iban a realizar el mismo trabajo, pero que lograron escapar. Eso sí, Mohamed Lhecho negó haber estado al mando de la lancha y que ésta fuera de su propiedad.

Testimonios clave

Para que el tribunal de la Audiencia creyera en la inocencia del inmigrante clandestino, quien negó en todo momento ser partícipe en el negocio ilegal, fueron determinantes los testimonios del otro acusado y de dos guardias civiles que lo detuvieron.

El primero se desdijo de lo que había declarado en el cuartel, cuando aseguró que la persona ahora absuelta le ayudó a descargar fardos, y afirmó que estaba al margen de todo. Simplemente había pagado para que le hicieran un hueco entre la droga. Más concluyentes fueron los testimonios de los agentes. Ambos recordaron cómo al llegar a la playa, mientras un grupo de personas que iba a descargar la droga salía corriendo, el inmigrante clandestino no trató de escapar. Estaba tumbado en la orilla, en mal estado y necesitó de asistencia por sufrir de hipotermia. Y es que mientras el otro acusado, que finalmente ha sido condenado a tres años y medio, iba equipado con ropa de agua, el otro procesado llevaba puestas unas prendas ligeras, muy poco apropiadas para una travesía de madrugada.