Perdemos todos

al y como pude escucharle ayer al capitán del Barcelona, Carles Puyol, por muy bien que esté jugando su equipo, todavía no han ganado nada y aún queda liga. Lo mismo ocurre con nuestro Cádiz. Todo marcha sobre ruedas pero tenemos que intentar que continúe así hasta el final de temporada. El hecho de que estemos obligados a ascender, el cumplimiento de tal objetivo, no tiene porqué mermar el mérito del mismo. Si los azulgranas quieren celebrar por todo lo alto la liga, yo estoy dispuesta a hacer lo mismo si subimos a Segunda. La victoria del pasado domingo ha sido clave para aumentar distancias al tratarse de un rival directo. Además, gracias a un gol justo al final del encuentro, cuando sabe mejor y cuando se hace más daño. Es importante provocar una sensación de superioridad, tal y como está mostrando el Barça en Primera División. Y es que no sólo tienes que ser la mujer del César, sino que también debes parecerlo. Los ocho puntos de diferencia con respecto al Poli Ejido deben servirnos para querer ir a más. No debemos pensar que ya está hecho, que será fácil y que volveremos a sentir el cosquilleo de la emoción que siempre supone jugar un derbi con el...¿Xerez? Ni mucho menos. La ambición debe ser el motor de los nuestros pero sin dar cabida a la relajación, aunque me consta que en este apartado Javi Gracia maneja como nadie la situación. Basta con leer las declaraciones de los jugadores. Mañana llega a Carranza el Écija, un rival más que asequible según el lugar que ocupa en la clasificación, pero que tarde o temprano querrá remontar el vuelo. Suelen ser los peores. Los entendidos en esto del fútbol están convencidos de que los azulgranas serán campeones de liga en enero. Sería bonito que los cadistas les emularan con un saco lleno de puntos, más que suficientes para empezar ya a pensar en la liguilla.