TRABAJO. Toni Guillén conversa por teléfono en su oficina del comedor social El Salvador, donde lleva ya dos años. / CRISTÓBAL
TONI GUILLÉN EDUCADOR SOCIAL DEL COMEDOR SOCIAL EL SALVADOR

«En Jerez es fácil comer, otra cosa es la asistencia personal»

«Hace falta una apuesta decidida en esta ciudad por interactuar con la gente sin recursos y un equipo de calle» «No existe conciencia política de las necesidades que hay»

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Su labor por las personas más necesitadas de la ciudad es digna de elogio. Desde hace dos años es educador social de el comedor social El Salvador. Pero su trabajo no se limita a tratar con los sin techo, sin hogar, indigentes y demás hombres, mujeres y familias sin recursos que llaman a esa puerta. Algunas noches también recorre la ciudad para visitar a sus 'amigos'. Un ejercicio de campo tan necesario como escaso en Jerez y que da sus frutos. Se ha ganado el respeto y el afecto de muchos de ellos.

-¿Cómo llegó a El Salvador?

-Llevaba unos diez años en Proyecto Hombre y andaba algo quemadillo. De hecho, me iba a pedir la excedencia, en la que aún sigo, cuando me llamó una trabajadora social de El Salvador para trabajar con las familias. Y así fue.

-¿Qué es lo más duro?

-Ver la cantidad de mierda e historias que hay, y comprobar que están tan cerca, aquí en Jerez. Y la impotencia por la falta de recursos que existen

-¿Es de los que se va con los problemas a casa?

-Siempre he sabido desconectar. Procuro no agobiarme, aunque a veces es inevitable tener un caso o una situación en la cabeza.

-Pero con una pareja que se dedica a lo mismo a veces será complicado, ¿no?

-Decidimos hace tiempo no hablar de trabajo en casa. Es cierto que a veces salen temas, lógicamente, pero gratuitamente no se habla de trabajo excepto casos puntuales.

-¿Esta profesión es una opción personal?

-Para mí sí. Reconozco que a veces me meto en historias que no tendría, aunque pienso que lo haces por inquietud personal.

-¿Qué es lo más gratificante?

-Cuando la gente con problemas es capaz de solucionarlos.

-¿Jerez es una ciudad solidaria?

-Es complicado responder. ¿Qué es ser solidario? Se puede ser solidario estando unos días en una ONG o dando un kilo de alubias. Solidaridad es todo. Entiendo que en una campaña de Navidad, por ejemplo, la ciudad se vuelca. En lo material, perfecto, pero en los personal cuesta más trabajo.

-¿Qué quiere decir?

-En la atención personal al que está en la calle o tiene problemas. En no quejarse cuando van a poner un albergue o unos pisos de reinserción social al lado de casa. En Jerez es fácil comer y vestirse; la parte asistencial es grande. Otra cosa es el techo y la asistencia personal. Creo que hace falta una apuesta urgente y también decidida por interactuar con la gente necesitada.

-¿A qué se refiere?

-A la gente no hay que decirle las cosas por decírselas. Yo te doy a cambio de algo.

-¿Y cambio de qué da usted?

-De que la gente se mueva. Acompañándolo siempre, pero no por delante. Te puedo decir dónde hay una oferta de trabajo, por ejemplo, pero tienes que ir tú. Eso sí, no se pueden forzar los pasos.

-¿La clave está en ganarse la confianza de la persona necesitada?

- Claro. Hay que ganarse primero su confianza, el cariño. Siempre que doy algo busco enganchar.

-Pero también es cierto que usted sale muchas noches para visitar a los sin techo y los sin hogar de la ciudad. Y que, además de interesarse por ellos, les ofrece tabaco, por ejemplo.

-Siempre que salgo a la calle, llevo varios paquetes de tabaco encima. Busco crear el momento, la conexión. Yo te doy cigarros, vale, pero lo demás tienes que venir a pedirlo y buscarlo tú.

-¿Su trabajo le cuesta dinero?

-Intento que no. ¿Por dos paquetes de tabaco? Me cuesta más trabajo, las horas que invierto y el dolor de cabeza. Pero porque yo lo decido.

-¿Se ha encontrado con gente que intente abusar de su confianza?

-Por dos que lo hagan no hay que generalizar. Por supuesto que hay gente que después de dos 'sí' hay quien no acepta un 'no', pero no pasa nada. Se le explica y ya está.

-Cada vez hay más familias que acuden a ustedes buscando ayuda.

-Sí. Hace dos años atendíamos en El Salvador a 135 familias, y no había crisis. Ahora seguimos atendiendo a muchas, alrededor de cien, y no para de venir gente. Aunque hay que dejar claro que esto (las Hermanas de la Caridad) es algo mucho más grande que yo. Hay que tener en cuenta que es una institución con más de 500 años de historia, y soy muy consciente de a quienes represento.

-¿Cuántos sin techo, cuántos sin hogar y cuántas personas necesitadas hay actualmente en Jerez?

-Es difícil de determinar. Sin techo puede haber unas treinta, pero sin hogar y realmente necesitadas... Ya digo que es complicado saberlo. Pero haga un cálculo: el albergue tiene 25 plazas, en El Salvador atendemos a cien familias y damos unas 400 comidas diarias, en Jerez puede haber unas quince casas ocupadas... Y luego están los que atienden otras instituciones.

-¿El Ayuntamiento es solidario?

-Entiendo que dando 48.000 euros al año cumple con su deber. Pero cumple, punto.

-¿Que le falta a la ciudad?

-Sería importantísimo contar con un centro de intervención social, con un espacio para acoger a personas durante 3, 4 ó 5 días; pisos individualizados para que una serie de personas puedan estar un tiempo y comenzar una nueva vida; pisos para familias; con trabajadores que pudiesen atenderlos y tratarlos y llevar a cabo una labor de desviación. Y un equipo de calle, que en Jerez no hay.

-¿Están cambiando los perfiles de las familias que llegan a El Salvador pidiendo ayuda?

-Claramente. Cada vez hay más familias normalizadas. Antes, cuado llegaban, tenías que analizar más qué había detrás. Ahora ves que son personas normales, y que si han llegado aquí es porque falla algo. Hoy en día lo que hay detrás es una situación de desempleo en muchos casos. Son parejas que se han quedado en el paro y que con la hipoteca, los recibos y el resto de gastos no tienen para comer.

-¿Algún caso urgente que le haya llamado especialmente la atención?

-Hay mucha gente y muchos casos, y sería injusto decir uno. ¿Qué queremos decir con caso urgente? Que 25 ó 30 personas duerman cada día en la calle es urgente, que haya gente durmiendo en casas apuntaladas es urgente...

-¿Qué parte de responsabilidad tiene la gente de todo eso?

-Pues bastante. El Ayuntamiento, por ejemplo, sólo tiene cuatro viviendas para situaciones de emergencia, que son además de corta estancia. Y hay allí gente que lleva más de un año. Eso es vergonzoso. Desgracidamente, para salir de la calle en Jerez hay que recurrir a instituciones privadas.

-¿Jerez necesita más viviendas sociales para este tipo de casos?

-Y más viviendas de emergencia, necesita otro albergue o más plazas, un equipo de intervención social, más empleo... La primera atención no puede ser sólo asistencial, limitarse a dar cheques de Carrefour, aunque la verdad es que eso es lo que mucha gente busca.

-¿Existe conciencia de todo eso?

-Política no. Entiendo que no haya dinero, que los pisos son los que son, pero se podrían disponer más. Y dotar a Jerez de un equipo de intervención que trabaje directamente con familias problemáticas, con los sin techo...

wjamison@lavozdigital.es