La tele sigue viéndose desde el sofá de casa. /L.V.
TELEVISIÓN Y RADIO

Expertos debaten el futuro de la televisión en su 'Día Mundial', que se celebra hoy

Vulnerable a las nuevas tecnologías, a un público más complejo y a una competencia más amplia, la pequeña pantalla busca, en el Día Mundial de la Televisión, que se celebra hoy, su sitio para el futuro. Históricamente ha sido llamada pequeña pantalla por el cine y la caja tonta por las disciplinas menos populares, pero la televisión, mientras alcanza sus más altas cotas de calidad gracias a series como Los Soprano y Mad Men, afronta la crisis como industria y un encarnizado amor-odio con Internet.

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En el último Mipcom, la mayor feria del medio que se celebró el pasado mes de octubre en Cannes (Francia), Gary Wang, creador del YouTube chino, tudou.com, lanzó el guante: «Yo no tengo televisión. Muchos jóvenes en mi país han prescindido de ella y sólo la utilizan como ruido de fondo y, en muchos aspectos, China es el futuro», advirtió. Efectivamente, YouTube abrió la veda para desmontar las parrillas de programación y consolidar el concepto de vídeos «bajo demanda», que amplía el poder de decisión del usuario.

Pero mientras unos firman el certificado de defunción catódica, otros consideran que la televisión sólo tiene que «adaptarse». Las cadenas se han puesto a la altura de las circunstancias y han integrado Internet como complemento o incluso potenciador de su parrilla, como señala Ismo Silvo, director de programación de la televisión pública finlandesa YLE. Marcos Santana, presidente de Telemundo Internacional -la segunda cadena de habla hispana con más peso en Estados Unidos-, se muestra más receloso con la Red. «La televisión permite compartir la experiencia, mientras que no puede agruparse mucha gente alrededor de la pantalla de un ordenador», asegura.